TIME.com: What the FBI Needs–and Doesn’t Need — Apr. 26, 2004

Coleen Rowley es una vieja conocida de estas páginas. En 2002 fue, junto con Sherron Watkins y Cynthia Cooper, personaje del año en la revista Time. Entonces, escribió un memorandum de 13 páginas en el que destripaba la absurda autocomplacencia y pasividad del FBI para investigar a uno de los terroristas implicados en el 11-S. Cuando su memorandum salió a la luz y testificó ante el Congreso, agentes jubilados del FBI la acusaron públicamente de ser una traidora, algunos incluso quisieron urdir una falsa trama criminal para implicarla. Sus jefes ignoraron sus planteamientos.

Actualmente sigue trabajando en el FBI y se puede permitir el lujo (insólito a este lado del Atlántico) de seguir criticando al FBI y exponer su postura sobre la actual comisión de investigación del 11-S. En este artículo de Time dice algo de suma importancia, viniendo de una experta en lucha antiterrorista:

The supposition here is that the FBI is not spying enough in this country, that the failure to prevent 9/11 was due less to an inability «to connect the dots» than to «too few useful dots.» I strongly disagree. We knew a great deal before 9/11. The problem was, «We didn’t know what we knew,» as a former FBI official has said. Everyone acknowledges that it is only useful intelligence that counts. Gathering troves of information on people just clutters the picture and (besides upsetting innocent folks) makes connecting the dots harder. Quality trumps quantity. Homing in on known terrorists, for example, through well-placed confidential sources or possibly by electronic surveillance is what’s called for, not simply more indiscriminate use of these intrusive techniques across the board.

«Lo que se supone aquí es que el FBI no está espiando suficientemente en este país, que el fallo en no poder prevenir el 11-S no fue tanto falta de habilidad «para unir los puntos» como que «no había puntos suficientes que unir». Estoy radicalmente en contra. Sabíamos muchas cosas antes del 11-S. El problema fue que «no sabíamos lo que sabíamos» como ha dicho un ex-agente del FBI. Todo el mundo reconoce que sólo la inteligencia útil es la que cuenta. Reunir montones de información sobre la gente simplemente emborrona el cuadro y (además de violentar a las personas inocentes) hace más difícil conectar los puntos. La calidad vence a la cantidad. Apuntar al blanco de los terroristas conocidos, por ejemplo, a través de fuentes confidenciales bien situadas o posiblemente a través de vigilancia electrónica es lo que deberíamos hacer, no simplemente utilizar estas técnicas intrusivas indiscriminadamente en todo el sistema».

Esta mujer es un tesoro y espero que en esta ocasión le hagan caso, aunque tengo pocas esperanzas. Como es evidente para cualquiera que quiera verlo, espiar a todo un país no añade ninguna ventaja contra el terrorismo: es una estúpida forma de violar los derechos individuales, de perder el tiempo, de tirar dinero y de pegarse tiros en los pies.

Hoy también, en nuestro país, Richard Stallman ha dicho «en Europa hay un hombre que puede evitar esto y se llama Zapatero; si él se niega, no se podrá usar el atentado de España para atacar las libertades de Europa. No se puede usar un atentado para perpetrar otro». Supongo que Stallman no está al día de nuestras leyes ni tiene obligación de ello, pero ya estamos siendo espiados de continuo gracias a las leyes de la UE y a la española LSSI. Y eso antes del 11-M y del 11-S.

Me temo que Stallman pone demasiadas esperanzas en Zapatero, que no se caracteriza, precisamente ni por su preocupación por Internet ni por su interés en los derechos civiles.