«Para derrotar a  los partidos de la casta es necesario el protagonismo de la gente».

Pablo Iglesias.

Hace unos días, Pablo Iglesias dijo a Iñaki Gabilondo que le iba a contar un secreto sobre la convocatoria ante la sede del PP el 13 de marzo de 2004. Le dijo que el SMS de la convocatoria se gestó en su facultad. No dijo que lo escribiera él pero para quien no esté bien informado de lo que ocurrió aquellos días se podía tomar como una confesión de autoría.

El fenómeno de comunicación que se produjo entre el 11 el 13 de marzo de 2004 lo investigué en mi tesis. Algunas de las cosas que escribí en 2009 las redactaría de otra manera, pero lo esencial lo mantengo. Por ejemplo, destacaría más que en comunicación pública vivimos -cada vez más- en un océano en el que las olas no nos deben distraer de las corrientes ocultas a la vista. Es decir, que no hay un efecto directo y potente de un medio o un grupo de gente que se pueda alzar con el protagonismo de un cambio político como el vivido en aquellos días.

Tras haber leído mucho y hablado con algunas personas sobre lo ocurrido con la convocatoria del 13-M me decanto por que la convocatoria salió del mundo de Cultura contra la Guerra, del colectivo de actores.

Javier Torres de la Cadena Ser recibe el SMS el día 12 y pone como origen del SMS la plataforma de actores contra la guerra. De hecho, Torres trabajaba en la sección de cultura de la Cadena Ser.

A las 18:30 ante la sede del PP, momento en el que conecta en directo la Ser, no hay apenas 200 personas manifestándose. Pero lo que cuenta Javier Torres, primer periodista que informa de la manifestación, no es eso. Habla de miles de personas.

Entre esas 200 personas están gente preparada para aguantar a los anti disturbios. No se mueven. Muchos de ellos llevan radios y escuchan la repercusión de lo que están haciendo. Se suman las televisiones internacionales (CNN y Euronews). Acude más gente, pensando que se va a encontrar una muchedumbre.

Los móviles, las radios y televisiones fueron los canales de transmisión de la manifestación. Se replican en otras ciudades.

Ahora bien: ¿esto lo desencadenó un SMS pulcramente redactado? No.

La segunda legislatura de Aznar se caracterizó por dilapidar la confianza que los españoles habían depositado en el PP: Prestige, Irak, Yak-42… problemas que se multiplicaron por la torpeza comunicativa de un gobierno sordo y agresivo.

La lluvia fina de Aznar pero al revés. Llegaron a las elecciones de 2004 con la autoridad muy dañada.

La penosa comunicación, entre el 11 y el 13 de marzo; el marco divergente de la Cadena Ser fueron las gotas que colmaron el vaso de la indignación. Indignación que siempre pilla al PP fuera de juego.

Por eso, reclamar el protagonismo en una protesta y posterior vuelco electoral es una manifestación de narcisismo.

A continuación, pongo las hipótesis y conclusiones de mi tesis sobre lo ocurrido aquellos días.

Ojalá no se vuelva a repetir.

H1: Los medios de comunicación son las fuentes primarias a nivel cognitivo dentro de los medios sociales

  1. Las informaciones que, sobre todo, la Cadena Ser proporcionó sobre los atentados y la autoría fueron determinantes para la fijación del encuadre de la información. Estaríamos hablando de un encuadre diferente basado en informaciones, en hechos.
  2. Gaspar Llamazares, desde la oposición, en la noche del 11 de marzo, incluye un elemento esencial del nuevo framing: todos estamos de acuerdo en condenar el atentado pero lo que estamos poniendo en cuestión es la política informativa del Ministerio del Interior. En este caso, estaríamos hablando de un encuadre basado en opiniones.
  3. La segunda legislatura de José Mª Aznar había tenido problemas anteriores de comunicación que se acentuaron en crisis sucesivas como el Prestige, el apoyo a la estrategia americana en Irak en contra de la opinión pública española y el accidente del Yak 42. Todas esas crisis, en gran parte crisis de comunicación, habían sedimentado un poso de desconfianza en la opinión pública y habían polarizado a los medios de comunicación.
  4. La falta de confianza lamina de base cualquier autoridad epistemológica. Si no hay autoridad epistemológica, no hay influencia. El Gobierno de Aznar tenía su influencia mermada por esas crisis de comunicación anteriores debido a la falta de confianza.
  5. Vemos que los medios informan de las discrepancias entre oposición y Gobierno desde el día 11 por la noche (Gaspar Llamazares en la Cadena Ser) y el día 12 esto se acentúa con el concurso de El País y líderes del PSOE que ya intentan un encuadre diferente:

No tanto que el atentado fuera de origen islamista como que el Gobierno no dice la verdad u oculta información.

El atentado tiene una lectura política: el Gobierno es culpable por haber apoyado la guerra en Irak.

  1. En este nuevo marco de los atentados se mezclan datos verdaderos con datos que luego se han comprobado falsos y, sobre todo, hay que tener en cuenta que en el primer punto del encuadre se trata de afirmar algo que incluye el juicio de intenciones, difícil de probar, y en el segundo caso es un juicio político sobre las causas de un atentado terrorista, algo que parecía superado en la democracia española.
  2. Las primicias de la Cadena Ser, algunas verdaderas y otras falsas, le dieron el protagonismo informativo en las ondas y en Internet, le dieron la iniciativa durante los tres días de marzo, lo cual le permitió establecer la agenda del atentado terrorista en contraposición con el encuadre gubernamental.
  3. La Cadena Ser define el problema de forma divergente al Gobierno (el Gobierno está retrasando información sobre el atentado del 11-M u ocultándola), una interpretación causal divergente (estamos ante el terrorismo islamista no ante el terrorismo de ETA), una evaluación moral que carga sobre el Gobierno la opacidad y la culpabilidad de atraer la animadversión del islamismo por su política exterior y la recomendación de un tratamiento o solución que pasa por las urnas.
  4. Este protagonismo informativo permite concluir que la influencia de la Cadena Ser sobre el aspecto cognitivo del atentado (autores, causas, papel del Gobierno y de la oposición) fue determinante en la formación de la opinión pública. El público apreció un encuadre contradictorio entre Gobierno y Cadena Ser y prevaleció éste último.
  5. Las informaciones, con su encuadre, venían de los medios tradicionales que fueron los que influyeron sobre la agenda de la opinión pública, tanto en la acepción clásica de agenda-setting (hechos sobre los que existe relevancia) como sobre el establecimiento del segundo nivel de la agenda, encuadre de esos hechos en el nivel cognitivo.

H2: Los medios sociales pueden influir en algunos casos en el público en un nivel deliberativo

  1. La mayoría de los autores de blogs realizaban comentarios de los enlaces realizados a noticias de los medios de comunicación, lo que demuestra que efectivamente no había una producción de información propia sino la elaboración de piezas de opinión.
  2. La mayor parte de los enlaces son a sitios web de medios tradicionales, que son los que proporcionan información; y al Ministerio del Interior, fundamentalmente para las listas de víctimas y recursos para ellas.
  3. Los medios de comunicación, en especial la Cadena Ser, difundían información que desmontaba el encuadre gubernamental, información que luego era difundida en los medios sociales.
  4. El uso de los weblogs y de los otros medios sociales aumentó en esta situación de incertidumbre informativa, especialmente en aquellos sitios en los que se actualizaba frecuentemente y con una agenda contradictoria con el Gobierno.
  5. Los autores de blogs destacan especialmente el valor de opinión y de recolección de enlaces que realizan estos medios sociales.
  6. Los medios sociales se comportaron durante los tres días de marzo como herramientas para:

Selección de información.

Opinión

Deliberación periférica sobre acciones para influir en la opinión pública.

Por lo tanto, después de una fase de acopio de información, se pasa a una de deliberación con las personas que se considera más afines o en sitios web que pueden acercarse al punto de vista del usuario.

  1. En esos medios sociales se decide acometer acciones para visibilizar el descontento por la política informativa del Gobierno y para visualizar que el nexo entre la guerra de Irak y los atentados de Madrid es directo. En tercer lugar, se vincula la cercanía entre los atentados y las elecciones próximas y se decide colocar el escenario de la protesta ante la sede del PP en Madrid, no ante una sede gubernamental. Ese público activo se puede identificar en muchos casos con individuos que gozan de una autoridad epistemológica sobre determinadas materias y que, por tanto, influyen en el modo en el que los otros públicos, más pasivos, acaban tomando sus decisiones de voto o sus visiones de la realidad. Es en la interacción entre estos grupos –como se forman y cambian en el tiempo- donde deben posiblemente buscarse las respuestas concernientes a la formación colectiva y el impacto en la opinión pública.

H3: Los medios de comunicación en algunos casos pueden cambiar su agenda por la influencia de los medios sociales, cambiando primero la agenda pública o cambiando directamente la agenda de los medios, lo cual seguiría los modelos 3 o 4 de Brosius y Weimann

  1. Una vez que en algunos de los medios sociales se decide organizar una manifestación ante la sede del PP en la calle Génova, lo primero que se hace es enviar la convocatoria a algunos periodistas. Que se sepa, en ese primer envío hay medios de comunicación extranjeros y la Cadena Ser.

La iniciativa de la convocatoria es incierta. Pudo ser desde la Plataforma de Cultura contra la Guerra, formada por personas vinculadas fundamentalmente al cine español, o desde los movimientos antisistema. En cualquier caso, la iniciativa fue asumida por ambos movimientos, que consiguieron congregar a unas centenas de personas ante la sede del PP.

Precisamente parece que esa “marginalidad” favoreció que algunos grupos sociales se movilizaran el 13-M rápidamente, en otro tipo de “propaganda mediante hechos”, por supuesto diferente totalmente del terrorismo. Las movilizaciones pacíficas ante la sede del PP llevaron a los medios mainstream actitudes políticas de la periferia de la sociedad.

Este concepto parece acercarse a lo apuntado anteriormente: Noelle-Neumann dio con otro concepto de gran interés y que ella denominó el núcleo duro: la minoría que queda al final del proceso de espiral del silencio desafiando la amenaza de aislamiento. El núcleo duro está, en un cierto sentido, relacionado con la vanguardia, ya que considera el aislamiento como un precio que debe pagar.

  1. Las preguntas que la Cadena Ser repite durante la mañana, (¿Quién ha sido? y ¿Por qué?) parecen hacer la función que Noelle-Neumann atribuye a los medios: la articulación. “Los medios suministran a la gente las palabras y las frases que pueden utilizar para defender su punto de vista. Si la gente no encuentra expresiones habituales, repetidas con frecuencia, en favor de su punto de vista, cae en silencio; se vuelve muda” (NOELLE-NEUMANN, 1995, pág. 226).
  2. No hubo medios de comunicación tradicionales que convocaran a las movilizaciones de forma expresa.

Los periodistas afrontan la necesidad de cubrir la noticia en supuestos diferentes. En el caso de Javier Torres la cobertura de las movilizaciones era necesaria por su capacidad de presionar al Gobierno para reconocer lo que ocultaba deliberadamente. Una combinación entre presión de la calle y presión informativa, según el periodista de la Cadena Ser, obligó al ministro del Interior a reconocer la autoría islamista.

Los otros dos periodistas hacen una justificación neutra de las movilizaciones, como de un hecho noticioso más.

  1. Esa iniciativa cambió la agenda de algunos medios de comunicación. Si se decide dar protagonismo a esta noticia, hasta el punto de justificar la emisión en directo televisiva (CNN+) y las frecuentes conexiones in situ (Cadena Ser) debería ser o bien porque ha cambiado previamente la agenda pública o porque los medios han cambiado su agenda por la influencia de los early recognizers. Podemos atribuir a estos iniciadores del proceso el papel de early adopters, early recognizers que desde la marginalidad llegan a la agenda de los medios de comunicación y, a través de ellos, a la agenda pública. Eso explicaría que, tras las emisiones en televisión y radio las concentraciones no se limitaran a la sede del PP en Madrid sino a la convocatoria de otras tantas concentraciones en gran parte de las ciudades de España. En ese caso, nos encontraríamos ante el modelo Modelo 3, que sugiere que los early recognizers inician el proceso clásico de agenda-setting en el que los medios influyen en la agenda pública. Esta es la posibilidad más convincente después de preguntar a los periodistas.
  2. En este caso parece más bien que los early recognizers cambian la agenda de unos medios concretos, la Cadena Ser y las primeras cadenas de televisión extranjeras y nacionales que emiten las concentraciones ante la sede del PP en Génova y esto provoca un efecto de agenda-setting intermedio: otros medios se deciden a dar cobertura al hecho (El Mundo, por ejemplo) y se provoca un cambio en la agenda pública, con la necesidad de reacción de actores como los partidos políticos en el día de reflexión.
  3. La otra posibilidad es que los medios de comunicación se sienten obligados a cambiar su agenda porque la agenda pública ha cambiado, sin influir los medios, en este caso, en la agenda pública. Estaríamos ante el Modelo 4 que sugiere que los early recognizers inician un proceso invertido de agenda-setting en el que el público influye en la agenda de los medios.
  4. Al igual que en los años 50 la comunicación en dos tiempos o two-step flow significó el descubrimiento de la difusión, tal como Katz explica, y la diferente valoración económica de los espacios publicitarios de publicaciones menos masivas pero con lectores más influyentes, así los medios sociales y las conversaciones que se fraguan en torno a ellos podrán tener una influencia no tanto por el número de lectores y participantes como por la capacidad de influencia que esos lectores tengan. En el caso que se estudia, las movilizaciones del 13 de marzo de 2004 ante la sede del Partido Popular, podemos ver que no importa tanto el número de personas a las que llega un mensaje como la influencia de esas personas.