Mañana seguro que las tertulias radiofónicas van a girar, en gran parte, sobre la conversación que se mantuvo en la Zarzuela entre Esperanza Aguirre y el Rey sobre FJL durante la comida del 11 o 12 de octubre (hasta en eso discrepan las versiones, que ya manda narices).

Primera constatación: alguien miente. O miente El País (Ekaizer) o miente El Mundo. El País da la siguiente versión sobre el inicio del incidente:

El Rey, nada más comenzar el primer plato, se lamenta de que al día siguiente se celebre la Fiesta Nacional en un ambiente de crispación. «Es una lástima», dice. Las palabras provocan un silencio de reflexión.

«No sé si os va a gustar lo que voy a plantear, pero creo que se debe dar un trato humano a [Federico] Jiménez Losantos», apunta Esperanza Aguirre, sentada junto al Rey. El periodista radiofónico de la cadena Cope ha solicitado durante los últimos dos años la abdicación del Monarca en su hijo, el príncipe Felipe, como parte de una sistemática crítica a la monarquía por diversas razones, entre ellas que se lleve mejor con los socialistas que con el PP y no ejerza papel moderador sobre el PSOE.

«Â¿Cómo?», preguntó azorado, según los testimonios recogidos, don Juan Carlos. «Â¿Más trato humano que yo doy a todos? A todos por igual, sin discriminación», subrayó.

Resulto un punto inverosímil que Aguirre saque a relucir a Jiménez Losantos sin más. O es una provocadora profesional con afán de ser fustigada en público o no se entiende.

En mi opinión, la versión de El Mundo resulta más trabada, más verosímil:

Durante un almuerzo con motivo de la Fiesta Nacional, el Rey reprochó a la presidenta que Jiménez Losantos reiterara sus ideas en una entrevista emitida por la televisión pública madrileña. Aguirre, que admitió que mantiene una vieja amistad con Jiménez Losantos, pidió «un trato humano» para el periodista ante Don Juan Carlos, el presidente del Gobierno y las demás personalidades que se hallaban sentadas a la mesa.

Cuando el Rey le pidió que precisara a qué se refería con lo de «un trato humano», todas las fuentes consultadas sostienen que Aguirre respondió: «Si lo hubiera criticado [Iñaki] Gabilondo [presentador emblemático del grupo Prisa], lo habría invitado a comer».

Tiene sentido que una persona defienda a otra -que le consta que cae mal a toda la mesa-cuando no está presente. Lo que resulta bastante increíble es que uno saque a relucir a un personaje impopular rodeado de enemigos, me parece.

Ekaizer ya ha tenido que rectificar por informaciones que ha dado de la Casa Real, eso es otro dato en contra de su versión.

Ahora, aparte de la discrepancia en las versiones, me gustaría saber a quién beneficia que se trasladen al público las conversaciones con el Rey. La lógica es que El País fuera el que tuvo la iniciativa de sacar esta conversación a la luz. Dice El País que llamaron a Esperanza Aguirre, la cual se negó a decir nada sobre el tema. No es de extrañar que, acto seguido, Aguirre llamara a El Mundo, trasladando su versión de la conversación.

Hace unos días fue el presidente de Cantabria, Revilla, quien manifestó en público el malestar del Rey con Jiménez Losantos. Luego se desdijo, pero el Rey saludó efusivamente a Revilla.

¿Es el Rey quien se encarga de mandar mensajes a través de segundos? Porque si es así, alguien debería decirle que está quedando como un auténtico impresentable, como un elemento trasnochado defensor de privilegios absurdos en el siglo XXI. FJL critica del Rey varias cosas, por ejemplo, su pasividad ante la definición del Estado y también la tropa de amigos ladrones que se mueve a su alrededor y que están beneficiándose de un trato sospechoso con la justicia. Sí, sí los Albertos, esos mismos que han sido cogidos con las manos en la masa, robando, condenados por el Supremo y que no han entrado en la cárcel porque han pedido el indulto.

Si lo que quiere el Rey, o su entorno, es callar a quien denuncia la corrupción, efectivamente Juan Carlos I se puede retirar. Entre la libertad y la persona de un Borbón, no lo dudo: la libertad.