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El otro día, por falta de tiempo, no rematé lo que pensaba sobre el escrito de Peces. Ahí va el párrafo de despotrique final.

En un discurso pronunciado en enero de 1850 en la Asamblea Legislativa sobre la libertad de enseñanza, Victor Hugo identificó con precisión a esta Iglesia que rechaza la modernidad: «Impide a la ciencia y al genio ir más allá del misal y quiere enclaustrar el pensamiento en el dogma. Todos los pasos que ha dado la inteligencia en Europa, los ha hecho a su pesar. Su historia está escrita en el reverso de la historia del progreso humano. Se ha opuesto a todo… no hay un poeta, un escrito, un filósofo, un pensador, que acepten. Y todo lo que ha sido escrito, descubierto, soñado, deducido, ilusionado, enajenado, inventado por los genios, el tesoro de la civilización, la herencia común de las inteligencias, lo rechazan…».

No pueden ni deben seguir por ese camino ni tensar tanto la cuerda. Son responsables de la agitación que impide la paz social y beligerantes contra la política del Gobierno y contra cualquier progreso. Deben sosegarse y permitir el desarrollo normal de la sociedad civil, sin sus constantes interferencias, sin hostigar a los heterodoxos ni despreciar a las conciencias individuales que no coinciden con sus planteamientos. Deben tener más respeto a los disidentes y evitar maldecir y condenar todo el tiempo. Si este nuevo clima no se consigue en la próxima legislatura, habrá que abordar el tema de la acción y de la situación de la Iglesia y establecer un nuevo estatus, que les sitúe en su sitio y que respete la autonomía de la autoridad civil.

Es decir, el pensador de cabecera de Zapatero ya nos advierte que si éste gana las elecciones, la Iglesia aún lo tendrá más crudo.

Como nuestros neoprogres se empeñan en mirar a los autores de siglos atrás, yo le voy a proponer a Peces Barba que mire a un autor marxista ateo metódico -como él se define- de nuestros días, a uno que seguro que respeta, a Jürgen Habermas.

“La Cristiandad, y nada más, es la última fundamentación de la libertad, la conciencia, los derechos humanos y la democracia, las cotas alcanzadas por la civilización occidental”

«Christianity, and nothing else, is the ultimate foundation of liberty, conscience, human rights, and democracy, the benchmarks of Western civilisation».

No encontrarán un solo comentario en la prensa de izquierdas española sobre esa frase, que pertenece al ensayo Time of transitions y que ya mencioné anteriormente.

Eliminar el cristianismo de la sociedad es un plan totalitario, pero además es suicida. Ese es mi aviso, Peces.