Esta semana he tenido una experiencia fronteriza con la
demencia. De pronto no sabía distinguir realidad de ficción, me he
encontrado pellizcándome los brazos por si estaba en medio de un dulce
sueño y dándome de bofetadas para comprobar que no había caído en un
estado cataléptico.

Soy una imprudente, lo sé, y no se me ocurrió otra cosa que ir al
sitio web del Partido Popular y leer lo que dice ese partido sobre la
tarifa plana. Y me he encontrado con un amplio texto cuyo
titular reza así­: «La postura del Partido Popular en cuanto a la
introducción de una tarifa plana para el acceso a Internet en España
siempre ha sido muy clara». Entenderán que para mí­ fue un terremoto
interno y que me quedé descolocada. Les recomiendo leer el texto y
luego díganme si no han sentido la sensación de vivir en un mundo
paralelo al de los redactores del texto.

Al día siguiente de leer el texto en cuestión, vi un artículo en
Libertad Digital firmado por Arturo Quirantes (del que me estoy
haciendo adicta) que se titula Plan de analfabetización

en el que el autor cae en la misma sensación de estupor de la arriba
firmante e imagina que a los funcionarios del Ministerio del Ciencia y
Tecnología les dan un plus cada vez que nombran ciertas expresiones
mágicas como «seguridad y confianza», «marco jurí­dico» y «sociedad de
la información».

Hace unos días leía­ algunas informaciones sobre unas jornadas del
PP que han tenido lugar en Madrid y que, por lo visto se van a
desarrollar en todas las provincias. La razón de esas jornadas es
debatir con el sector Internet español qué es lo que no les gusta de la
LSSI, mejoras y propuestas de las asociaciones de usuarios y empresas
de la Red. ¡Qué bonito!, me dije. Las jornadas, me enteré luego gracias
a Libertad Digital,
son a puerta cerrada y con las asociaciones de usuarios que ya están de
acuerdo con la ley, o sea, la AUI y la AI. Javier Arenas Bocanegra
(manda narices con el apellido) hizo un discurso en el que afirmaba que
el Ministerio de Ciencia y Tecnología español es un referente de vanguardia para Europa. Y yo que pensaba que el equipo ministerial era el hazmerreí­r del continente…

Después, como remate a mi estado de confusión mental, se me ocurrió ver un vídeo en IBLnews
en el que Ana Mato – sí que chilla un poco la chica- habla en la
clausura de las mentadas jornadas de debate. Dice que España es puntera
en la e-Europa, que estamos venga a proponer cosas en la UE para que
las nuevas tecnologías lleguen hasta la última aldea de Galicia, que
para Ana Mato es como decir el culo del mundo pero en fino.

Y ahí­ ya he salido de mi estado de estupor y me he dado cuenta de
la realidad: los estupefactos son ellos. Los que viven en una nube de
opiaceos son estos pobres políticos que nos han caído encima. Resulta
que lo que decí­a Ana Mato era ni más ni menos que lo mismo que habían
dicho en el año 2000 en la Cumbre de Lisboa.
Además, el día 22 va Aznar y presenta el plan Internet en la escuela,
que no es otra cosa que un revival de lo dicho en la bendita Cumbre.
Entre otras cosas, en las conclusiones de Lisboa se dice que se le pide
«a los Estados miembros que garanticen que todas las escuelas de la
Unión tengan acceso a Internet y a los recursos multimedios a finales
de 2001, y que todos los profesores necesarios estén capacitados para
usar Internet y los recursos multimedios a finales de 2002». Je, je,
bueno pues para el 2003, dice Aznar ahora.
Ojo con estos temas, presidente, que se empieza por repetir las
promesas y se acaba con fama de no tener palabra. Y eso es un peligro
en Internet, que es la mayor hemeroteca.

Es que han tenido la grosería de repetir la misma trola varias veces
esta semana y, la verdad, que te estén llamando idiota tantas veces y a
la cara ya molesta. En el 2000 resultaba que según el PP, no se podía
dar tarifa plana porque la UE no les dejaba, que ellos sí que querían.
Así­ que iban a proponer que Internet se considerara un servicio
universal y así­ podían dar tarifa plana y llevarlo hasta la última
aldea de Galicia, o sea, al culo del mundo.

Cuando oí­ a Ana Mato diciendo de nuevo, 2 años después, que van a
proponer en Europa que Internet llegue a la última aldea de Galicia y
que no quieren que haya ningún ciudadano que quede al margen de la
sociedad de la información por razones geográficas, económicas o
culturales, me he caí­do del guindo y me he dado cuenta, una vez más,
de que viven en una higuera de amplio follaje. Con los ojos brillantes
y expresión triunfal repiten palabras mágicas: debate social, seguridad
y confianza, sociedad de la información para todos, banda ancha,
e-Europa…

De este modo el mensaje es claro: para el PP la culpa la tiene la
UE, que no nos deja dar tarifa plana ni tener Internet en los pueblos y
por eso ha de proponer incansable que la UE se reforme. Lo que no acabo
de entender es cómo no se dan cuenta de que ya no cuela, que llevan 6
años en el poder y que nada ha mejorado, que las mismas partidas
dinerarias que iban a gastar en 2000 en Info XXI son las que prevén
gastar en 2003 y que, sobre todo, sabemos que excepto Grecia, todos
nuestro socios de la UE nos han sobrepasado hace años en penetración de
Internet, en número de ordenadores por habitantes, en uso de Internet
en los colegios, en uso de Internet en los negocios… ¿Por qué no se
dan por vencidos y hablamos de la realidad? ¿No era su lema electoral
«Hechos»?, ¿tendrán que pasar por un programa de desintoxicación?
¿Cuándo convocarán un acto para afirmar que han hecho algo en vez de
anunciar que van a hacerlo?

Después de comprobar que a nuestro entrañable Borjamari lo ponen de
nuevo de director del cotarro he creído oír a Dante susurrando
«abandonad toda esperanza». Ya se sabe que el error engendra
empecinamiento, ayudado por la soberbia, que es mala consejera. Quizá
simplemente no cambian de director general porque en septiembre estarán
todos cesados…, incluida la jefa.