Pongo el comentario desde un ciber en pleno centro de Madrid, al lado de la Gran Vía. La manifestación ha sido un prodigio de comportamiento cívico, una demostración de que la España real sale a la calle sólo cuando la empujan. Millón y medio de personas han paseado con sus niños y abuelos, sin lemas agresivos, con globos, confetti, canciones y mucha, mucha calma y alegría.

Me he alegrado mucho de ver con mis propios ojos que hay, efectivamente, una corriente oculta de bondad que no sale en los medios de comunicación.

Mañana, cuando llegue a Vigo, pondré las fotos.

Hay esperanza para nuestra sociedad.