Por su parte, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, reclamó la intervención de la Fiscalía de Medio Ambiente para perseguir a los pirómanos que estos días han provocado diversos incendios en Galicia.

«Hay que acabar con la impunidad con los delitos ambientales y los urbanísticos», afirmó la ministra, a la vez que apuntó como posible origen de los fuegos al bajo nivel sociocultural de algunas zonas rurales gallegas.

Dijo la ilustrada.

Según el ministro, Galicia sufre «una nueva tipología» de incendios «estratégicos» y «planificados con muy mala intención», y destacó entre ellos los provocados cerca de zonas urbanas, donde -advirtió- hay «riesgo de vidas humanas».

«No digo que quieran provocar víctimas, porque no lo sabemos, pero el riesgo existe», aclaró el ministro en rueda de prensa. Rubalcaba reiteró que la Guardia Civil y la Policía Nacional «no descartan ninguna hipótesis» en sus investigaciones, incluida la existencia de una banda organizada, ya que sólo algunos de los fuegos están causados por «incendiarios al uso», mientras que un número significativo «exige un grado de preparación en quien los provoca muy llamativo».

O sea, no sé cómo se puede compaginar la burrez del paisano gallego con esta sofisticación que está poniendo en jaque al Ejército, la Guardia Civil y, lo más importante, a Rubalcaba.

El escritor gallego Manuel Rivas aseguró hoy que ya ‘no se puede seguir siendo ingenuo’ con respecto al origen intencionado de la escalada de incendios en Galicia, que, en su opinión, puede haber sido provocada por ‘gente que ha vivido con rencor el cambio’ en esta comunidad en el último año.

A juicio del escritor, a estas alturas, ‘basta ver el mapa’ para ver que detrás de esta situación hay ‘una estrategia bélica’ para crear ‘pánico’ y ‘colapsar Galicia’, según señaló en una conversación telefónica con Efe desde la Costa de la Muerte gallega.

Acusaciones tan graves como éstas o se hacen con pruebas o merecen una sonora pitada. Lo siento por el autor del Lapis do carpinteiro pero su mala baba y su sectarismo le han hecho decir lo que debería haber callado. Que los fuegos son provocados, no hay duda. Acusar a los que no piensan como uno, politizar el caso, es lo propio de los intelectuales de régimen. Piensa un rato, Manolo, antes de volver a abrir la boca: serás responsable si empieza a haber violencia política en Galicia, lo cual no sería nada extraño tal como están los ánimos.

Los detenidos hasta ahora no responden en absoluto a eso que manifiesta Manuel Rivas: ancianos, una perturbada, un «actual» trabajador del servicio de extinción de incendios y gentes anónimas sin vinculación aparente entre sí.

Lo único que manifiesta esta catarata de idioteces es que no tienen ni idea de lo que está pasando, pero ni idea. Y por no admitirlo, por no reconocer la verdad, se da lugar a la hipótesis sin fundamento, el mero desbarre mental con tal de echar balones fuera. Observad cómo ninguno de los tres hace ni la más leve autocrítica, ni el más leve ejercicio de autoevaluación: nosotros lo hacemos todo bien, hay fuerzas ocultas, arcanas que nos combaten, sobrehumanas.

Aquí, como en el Prestige, el Estado está sobrepasado. Pero aquello, que se denunció como incompetencia de las autoridades, ahora es visto con comprensión y se apunta con el dedo a la sociedad como culpable. ¿Es justa esta vara de medir? Ya lo dije en muchas ocasiones: estuve en todas las manifestaciones de Vigo de Nunca Máis y en dos en Santiago, ¿es éste el espíritu cívico que esos intelectuales querían impulsar?

Shame on you! Vergüenza debería darles.