Cuando lo del Prestige, me desgañité acusando al PP de irresponsables. Y conmigo media España, yo no era nada original en aquella ocasión.

Pero ahora, por un extraño efecto ley del embudo (lo ancho para mí, lo estrecho para los demás) se pasa por alto el estupefaciente dato de que tras el atentado del 30 de diciembre no sólo es que Zapatero estuviera tan ricamente en Doñana con sus vacaciones, sino que el Gobierno estaba desarbolado porque la que lleva realmente las riendas, la vice, MTFDLV, estaba también de vacaciones en Ginebra. Tomó el avión el día después del atentado y allí se quedó a pasar el fin de año mientras el país se estremecía por un atentado mortal.

Me parece muy indicativo del alejamiento emotivo, intelectual y personal de ambos personajes frente al común de sus compatriotas. Realmente les importa una higa que se venga abajo la T4 y que se mueran dos ecuatorianos. Ellos siguen con sus vacaciones y su vida personal, con el suficiente estómago como para celebrar por todo lo alto la Nochevieja y el Año Nuevo, ajenos al desastre que sucede en sus ámbitos de responsabilidad.

O están dopados o son unos desalmados. No lo entiendo. Y no veo a nadie próximo a la izquierda escandalizado por el comportamiento de Zapatero y de la Vega. Debe de ser eso que llaman la doble vara de medir.