Abandonados ante las llamas – sociedad – elmundo.es

Algunas vecinas de Luzón, de donde dicen haber sido desalojadas al grito de «por las buenas, por las malas o a tiros», aseguran que las autoridades no han proporcionado los medios que detallan las cadenas de televisión.

El fuego, provocado por una barbacoa mal apagada en Cueva de los Casares, se declaró poco antes de las 15.00 horas del sábado, pero, según ellas, hasta el domingo por la mañana no apareció ni un helicóptero por su zona.
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Ante tal situación, era de esperar que se vivieran momentos de tensión con la llegada de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda.

Cuando ambos hicieron aparición en la plaza mayor de Alcolea del Pinar, unos 150 ciudadanos desesperados y persuadidos de que las autoridades han hecho oídos sordos a sus peticiones los recibieron entre insultos y fuertes críticas por la «inutilidad» de su visita.

Algunos afectados llegaron a golpear el coche oficial de la vicepresidenta y escupieron a su paso.

Me suena a la misma situación vivida con el Prestige. No sé cómo a estas alturas, no se han dado cuenta de que lo que quiere la gente ante catástrofes así son medios materiales y humanos y no visitas de políticos que sólo van a molestar y a desviar el foco de atención, cuando encima hay mentiras por medio.

Actualización: Hispalibertas trata la tragedia y se pregunta si este horrible tema no merece una movilización como la del Prestige. A continuación, pongo el comentario que dejé allí:

No tenía blog de aquella, pero como ya he repetido hasta la saciedad, estuve en las manifestaciones del Prestige y no me arrepiento. En una democracia es imperdonable que tras la chapuza surja la mentira, las excusas chorras (el de la barbacoa, fíjate tú, la única barbacoa que se hizo en España este año) y el afán de silenciar la realidad. Eso pasó en Galicia y eso está pasando en Castilla-La Mancha, poco interés por la tragedia en sí, si se puede evitar con más medios de prevención, si se hizo algo mal al no calibrar la importancia del fuego, si Tragsa es una empresa que forma o no a sus trabajadores, si los métodos de extinción de incendios son o no suficientes etc. Nada, nada de ver en qué medida se puede mejorar la gestión de estos asuntos y mucho interés en que nadie mire a los que cobran impuestos para -presuntamente- cuidarse de ese tema.

La verdad es que es una barbaridad que hayan muerto 11 personas, no es una nimiedad y es muy diferente que sean trabajadores de extinción de incendios a que hubieran sido un grupo de campistas despistados. ¿Quién decidió enviar a esos trabajadores, qué formación tenían?