El día 8 de octubre terminó el Congreso GaliciaTIC 2003 que se celebró en Santiago de Compostela. Asistí a la sesión plenaria del 7 de octubre y a un seminario esa misma tarde sobre WiFi.
La sesión plenaria corrió a cargo a Eduald Domenech, fundador de Servicom y empresario de Internet pura raza, y de Janine Warner, colega periodista experta en estrategia empresarial en Internet. De Janine digo que tiene el sentido común aplastante de los americanos y una puesta en escena trabajada y entretenida, algo que no se puede decir de la mayoría de los expertos.
Eudald Domenech fue allí a vendernos su nuevo producto: un disco duro para la tele. Lo siento pero, destripado, es así. Resulta que con el mando a distancia puedes grabar todo lo habido y por haber, controlar tu videoteca, tu fototeca, tu teleteca y además conectarte a Internet al mismo tiempo de forma que, mientras ves el partido, podrás hablar con tu prima del pueblo que está viendo el mismo partido. Demoledor. Dice que nos va a cambiar la vida…
Por la tarde asistí al seminario sobre WiFi en el que intervinieron como ponentes Francisco José Delgado de Hewlett Packard, Juan Manuel Méndez Reyes de Iterdata Networks y José Manuel Martínez Cordero de Telefónica. Sin meterme en cuestiones específicas sobre lo monos que son los gadgets de HP o las soluciones de Iterdata, la presencia de mi empresa favorita, Telefónica, añadió un inusitado interés al seminario. Pretende que las empresas paguen más por el ADSL si es que quieren compartirlo, todo ello fiados en que el empresario es un tarugo.
En los ruegos y preguntas les hice notar que para qué pagar por aquello que es gratis (un argumento que los empresarios gallegos entienden muy bien) y el señor Martínez Cordero pretendió ni oír mi pregunta, pero otro oyente le dijo que efectivamente eso era así, qué daba Teléfónica que no dieran los muchachos del WiFi con sus antenitas de Pringles.
Se fue por los cerros de la seguridad y encriptación de las comunicaciones, la pena fue que en ese momento no se me ocurrió decirle que el listado de llamadas de Movistar de los políticos implicados en el affaire de la Asamblea de Madrid había dejado ese aspecto bastante en entredicho y que Telefónica ahora mismo no es garantía de casi nada, excepto de pagar todo dos veces.
Como dice el lema de la compañía (si no lo es, debería serlo) mientras dura, vida y dulzura.