Antonio me ha escrito un email con algunos enlaces sobre el tema de Pedro J. y los papeles del 11 M, por los que actualmente ha sido requerido por el juez Del Olmo. He aquí los enlaces que me ha mandado Antonio:
Imputan un delito de desobediencia a Pedro J. por no entregar los papeles del 11-M
Del Olmo y Conde Pumpido cuando las filtraciones de sumarios secretos llegaban a «El País»
La FAP podría personarse como interesada en el caso contra el director del periódico EL MUNDO

Dejemos de lado el caso de la famosa piscina de Pedro J., donde unos y otros se están cubriendo de… gloria.

En mi opinión, una piscina en zona de dominio público costero es lo que es: «carne» de demolición o un bien para uso de la gente corriente. Sé lo que digo, vengo de Málaga, donde los abusos en las zonas de dominio marítimo son constantes.

El caso del sumario del 11M es serio. No seré yo quien defienda a Pedro J. Innumerables veces ha demostrado su prepotencia, chulería y endiosamiento. No tiene muchos amigos en su propia plantilla, y no digamos fuera del periódico. A mí ni me va ni me viene, pero la imagen que percibo de este hombre no me agrada. Ahora bien, no me gusta que haya distintos raseros según quién da la información, como está sucediendo según quien publica sea El País o El Mundo. Tampoco me gusta un pelo que una información crítica para la ciudadanía, como es la del sumario «secreto» del mayor atentado sufrido jamás en nuestro país, llegue tan fácilmente a manos de los periodistas, sea publicada sin el menor escrúpulo, y nadie le dé mayor importancia a esta escandalosa revelación de secretos: ¿qué tipo de funcionarios judiciales tenemos en la Audiencia Nacional -y muchos otros juzgados-, de personas desvergonzadas y probablemente compradas, que filtran una y otra y otra vez información clave sobre las investigaciones en algo tan importante y con tantas víctimas como el atentado del 11M? Sabía que la Justicia estaba mal… pero es que está muy mal.

Por último, no me gusta nada la politización de la comunicación. Los medios principales están actuando como las voces de sus amos. Los periodistas parecemos no sentirnos afectados porque se ataquen o cuestionen el derecho a la información, la libertad de expresión, la libertad de prensa, el secreto profesional o la protección de las fuentes. Sí, ya sé: la Federación de Asociaciones de la Prensa podría interesarse en el caso. ¿Y el resto de periodistas en activo? ¿Se les ha oído algo estos días hablando indignados por este ataque a su profesión…?

No. Nadie se indigna, o como mucho, algunos nos indignamos en la intimidad. Porque esta profesión tiene actualmente muy poca dignidad. Sabemos que hay muchos intereses cruzados, muchos personajes de esperpento de por medio, mucha mentira. Pedro J. no tiene ninguna autoridad moral, independientemente de que lleve razón en este caso, como yo así lo creo. Los jueces no tienen ninguna autoridad moral, porque en vez de resolver el coladero de filtraciones en sus juzgados, y de hacer bien su trabajo, se entretienen persiguiendo a los mensajeros que les ponen en evidencia. He aquí peleándose entre sí los «poderes» judicial y mediático; a río revuelto, ganancia de los políticos. Un poder judicial serio y fuerte, y un mercado de medios de comunicación saneados e independientes, transparentes y proactivos en la investigación, tendrían controlado al poder político (en nuestro país, legislativo y ejecutivo son prácticamente lo mismo).

En la práctica, ¿qué está pasando? Que el 11M no se ha investigado lo más mínimo en la Comisión correspondiente (donde se han pitorreado de las víctimas, en mi opinión), y que en el ámbito judicial, al menos de momento, es objeto de atención no por los frutos de la investigación, sino por sus implicaciones políticas y mediáticas. El caso del 11M apesta. Y tengo la sensación de que aún puede oler peor.