Antes de la interrupción publicitaria, Zapatero estaba claramente tocado (fue glorioso que dijera que iba a ampliar la gratuidad de la enseñanza de 0 a 3 por ciento, en vez de años).

Después se rehízo algo pero sin dar en ningún momento la menor sensación de solvencia: cita en catarata de cifras sin mencionar la fuente, negación de la realidad -sigue con que el Pacto de Tinell no existe-, interrupciones constantes a Rajoy.

Sobre todo, recurso al pasado, ausencia total de ideas, evasión de la economía real, de los problemas que según el CIS preocupan más a los españoles, recurso fácil a la retórica, o mejor, a la demagogia.

En fin, mañana veremos cómo salen los periódicos pero creo que si hay un perdedor, es Zapatero.