La ministra Calvo sigue en su línea. El Gobierno ha anunciado la aprobación inminente de un plan global contra la ‘piratería’, que ya se ha considerado como una nueva Ley de la Propiedad Intelectual. ¿Objetivo? «evitar que personas se jacten de conseguir material por Internet o copias piratas».

Creo que todos estamos de acuerdo en que los delitos hay que perseguirlos, y que los creadores tienen derecho a ganar dinero con sus creaciones. Pero, ¿a costa de qué? ¿Acaso la Propiedad Intelectual no está ya más que protegida, incluso en exceso? Ya, no se trata de eso. Se trata de que el fenómeno de Internet y el derecho de los usuarios a copiar, almacenar e incluso compartir archivos es tan masivo e incontrolable que nadie sabe cómo mantener el derecho del creador a cobrar por su creación tal como existe hoy día (incluyendo la pasta gansa que se llevan los gigantescos intermediarios de la música, la información y la industria del cine). Y como hay grupos de presión detrás del Gobierno español que pierden mucho dinero con esta situación, el PSOE ha decidido olvidarse de los derechos de los usuarios de Internet (ah, esas fermosas promesas electorales, esos guiños a los jóvenes internautas, qué bien quedan en las fotos de campaña) y proteger a aquellos de los que dependen para mantener su pobre imagen ante la opinión pública; y de paso, contentar a todos los grupos editoriales (léase también de los medios de comunicación) que pretenden mantener el control del mercado informativo, editorial, etc. Influencia, dinero, poder y oligopolios: de esto se trata.

La ministra de Cultura dijo en el Encuentro de Creadores de la SGAE que la cultura «es parte de nuestra identidad». También es un derecho del hombre, de todos los ciudadanos, no sólo de unos pocos. El artículo 27 de la Declaración Universal tiene dos puntos (no uno):
«1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten».
«2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora«.

La pregunta es: ¿los derechos materiales de los autores -que no de los intermediarios- están por delante del derecho de toda persona -toda- a gozar de las artes y tomar parte libremente de la vida cultural? La más que probable represión por parte del Gobierno del PSOE de la posibilidad de compartir y copiar ficheros propios -las redes P2P- ¿no va en contra de los derechos adquiridos por el usuario al adquirir ese material? ¿No sería más útil -no iría en contra de la imparable realidad de Internet- que el Gobierno promoviera la investigación de nuevas formas alternativas de remuneración del creador que no vulneraran los derechos de los usuarios en general?

¿Qué convierte la copia en delito? Lucrarse con ello a costa de los legítimos beneficiarios de la propiedad intelectual: los creadores. Considerar delito lo demás (copiar y compartir para uso personal) es algo sin el menor sentido común, por muy legal que pueda ser gracias a Carmen Calvo y ZP. Pero no se trata de sentido común, ni de libertades o derechos: se trata de pasta, de influencias y de poderosos.

P.D. Y después de publicar este post se me viene a la mente una pregunta imperiosa. En vez de crear juzgados especializados en estos delitos (entre otras cosas), con el coste económico que conlleva, ¿no sería mejor dedicar ese dinero primero a mejorar la pésima situación de la Justicia en España, con esperas de años, juzgados decrépitos y escasez de jueces y de todo? Ah, eso no es prioritario… Tonto de mí que no distingo lo importante de lo que no lo es…

Actualización
LSSI: Autores y editores arremeten contra consumidores y distribuidores
Músicos entregan carta al Ministerio apoyando canon ADSL y reforma LSSI
Parece que se han puesto de acuerdo… Y lo del canon del ADSL, más de lo mismo: el usuario de Internet es culpable mientras no se demuestre lo contrario. Y se hace intervenir al proveedor: al final el pagano de siempre, el consumidor tendrá que abonar millones de euros para «garantizar» el derecho de los creadores; dinero que irá a parar a los intermediarios y que volverá a ralentizar el crecimiento de la Red en España, donde estamos cada vez más retrasados (como de costumbre)…