El título de este post es el título de un libro que se escribió hace muchos años sobre la responsabilidad de los medios de comunicación frente al terrorismo.

The Times ha entrevistado al asesino en serie Iñaki de Juana, que se muestra desafiante y muy seguro de su propia causa: no se arrepiente de sus asesinatos y pide una solución política a la situación del País Vasco.

Para los plañideras que están considerando la posibilidad de mandarlo a casa temporalmente pensando que así va a comer, ya advierte que sólo dejará la huelga de hambre cuando se le dé la libertad incondicionalmente. O sea, que la prisión atenuada no le sirve: libertad sin condiciones.

“I would not have abandoned the hunger strike in exchange for a reduced sentence. The only acceptable alternative is complete liberty and an end to the brutal attacks on freedom of expression that this legal process implies,” he said.

Como este sujeto está clara y canallamente empeñado en torcerle el brazo a la sociedad española, yo creo que el papel del diario británico ha sido desafortunado y manipulativo. Pretender que dos artículos de un terrorista – los de Gara- en que se reafirma en la violencia y el asesinato es «libertad de expresión» debería utilizar la misma vara de medir cuando un hombre violento avisa a una mujer de que va a seguir zurrándola. Eso se llama amenazas y está perfectamente tipificado y no se puede amenazar impunemente.

Que haya un periódico como The Times que presente ante la opinión pública a un torturador y asesino como una víctima de España es un flaco favor que hace a la causa de la paz y de la credibilidad de la prensa.