Diario Digital de Valencia. Las Provincias | OPINIÓN – Progreso y ética
Artículo de José María Macarulla, del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad del País Vasco.
«Al tratarse de un ser humano [el embrión], ciertamente aún no desarrollado, sólo necesitado de la alimentación oportuna, sus derechos son los mismos que si ya fuese un bebé, un niño, un adolescente, un adulto o un viejo. Los médicos y biólogos podemos y debemos hacer por él cuanto necesite para alcanzar sus objetivos vitales, pero nunca utilizarlo como si fuera un animal de laboratorio, para experimentar al servicio de otros. Cualquier otra barrera o límite que queramos poner será siempre arbitraria o ficticia. Por ejemplo, si no lo consideramos humano hasta que no sale del útero materno, o está inscrito en el Registro Civil, también podríamos negarle esta humanidad si resulta ser retrasado mental o padece una enfermedad incurable. Entonces podríamos matar a nuestros semejantes siempre que así lo viera nuestro criterio subjetivo».