ELPAIS.com – En torno a la Educación para la Ciudadaní­a – Opinión / Blogs

Desde una arrogancia extrema, una sensación de impunidad y un insufrible sentido de superioridad, derivada de que administran «verdades superiores», llevan años desafiando a las autoridades legí­timas, a la Constitución y a la ley intentando imponer sus criterios frente al interés general y a la soberaní­a popular residenciada en el Parlamento. Frente a esas actitudes, el Gobierno ha tenido una polí­tica de moderación. Ha evitado las confrontaciones y ha retirado los aspectos más delicados del programa de Educación para la Ciudadaní­a, aunque estén aprobados por leyes del Parlamento. Ninguna de esas actitudes ha calmado la beligerancia de los cardenales y de los obispos, que siempre buscan nuevos conflictos para la confrontación.

Al principio pensé que el catedrático estaba escribiendo sobre los etarras, pero luego ya me di cuenta de que no, de que son los obispos y los cardenales los que desafí­an a las autoridades legítimas, a la Constitución y a la ley con el peligrosí­simo artefacto incendiario de la… palabra. ¡Vaya por Dios, tanta democracia y resulta que sólo se puede hablar para asentir a lo que dice el Gobierno! Es decir, se puede dialogar con los terroristas pero con los católicos no, ¡hasta ahí­ podí­an llegar las bromas!
Pero es que, además, Peces miente. Los contenidos de la asignatura de Educación para la Ciudadaní­a (aka EpC o Educación para la Confrontación) han sido aprobados por Decreto Ley, como recuerda el Foro Español de la Familia y no han pasado por el Parlamento:

El Foro de la Familia recuerda, corrigiendo lo que se viene diciendo por parte de representantes del Gobierno, que los padres están objetando a los contenidos de una asignatura establecidos por una Administración y no por un Parlamento. Dichos contenidos han sido regulados por Decreto Ley sin consultar a ningún interlocutor familiar y sin tener en cuenta el derecho que asiste a los padres a proporcionar a sus hijos la educación que estimen más conveniente sin participación alguna de ningún Gobierno.

No sólo eso, Peces, sino que es bastante dudoso que esa EpC no sea anticonstitucional. Fí­jate lo que ha dicho el Consejo de Estado en su dictamen número 2521/2006, de 21 de noviembre, sobre el anteproyecto de decreto de contenidos de la nueva asignatura: «A la hora de establecer estos contenidos bá¡sicos (de la asignatura educación para la ciudadaní­a), el real decreto sometido a consulta debe tener en cuenta que no puede formar parte de los aspectos bá¡sicos del sistema educativo, sustraí­dos a la libertad de enseñanza garantizada en el artí­culo 27 de la Constitución, la difusión de valores que no están consagrados en la propia Constitución o sean presupuesto o corolario indispensables del orden constitucional».

En EpC se va a cambiar la ética y formación moral de los menores, en abierta contraposición con la moral en que sus padres les quieran educar o la que esos menores tengan por su propio criterio. No hace falta que nadie me crea, simplemente con hacer clic en el decreto con los contenidos (pdf) publicado en el BOE que está en la web del Ministerio de Educación. Como ahí viene todo el desarrollo curricular de todas la asignaturas, si pincháis en seguir leyendo tendréis recogido lo que se refiere sólo a la Educación para la Confrontación.

Además, si leéis los contenidos del Decreto Ley veréis que no se evalúan los conocimientos, sino las actitudes asumidas por los alumnos; algo que ni siquiera se atreve a hacer la escuela en la asignatura de Religión, que es voluntaria. Es decir, no se va a hacer un examen para saber si el niño o la niña saben un artículo determinado de la Constitución, sino si ante casos reales o ficticios reacciona de la forma «correcta». Ya digo que sólo con leer el Decreto Ley lo podéis comprobar.

Y si queréis un resumen de los aspectos más polémicos, lo tenéis en Educación para la Ciudadaní­a: Los contenidos inaceptables.

Por otra parte, quien mejor ha escrito en la blogosfera sobre el tema ha sido Juan José Garcí­a-Noblejas. Muy recomendable.

La asignatura de marras es una colección de moralina políticamente correcta y un enfrentamiento abierto contra cualquier tipo de ética y moral que no sea la zapaterina. ¿La prueba del nueve? Que Zerolo está super contento:

Encuentro digital en El Paí­s con Pedro Zerolo el 21 de junio:

P. Hola Pedro: Aunque se ha conseguido muchos avances en cuestion de igualdades en los ultimos años… ¿qué crees que falta por conseguir? Saludos… nos vemos en la marcha del sábado…

R. Conseguida la igualdad formal hay que caminar hacia la igualdad social, esto es combatir la homofobia, la transfobia, la bifobia… y eso se consigue con educación, educación y educación. Por eso es importantí­simo que cuanto antes se curse en nuestras escuelas y colegios la asignatura de Educación para la Ciudadaní­a y los Derechos Humanos. Una asignatura que es una auténtica inmersión en valores constitucionales y en el respeto a los demás.

Mentira gorda, porque en la Constitución no se habla de cómo afrontar la homofobia, la transfobia ni la bifobia. Para eso están los padres, para que cada uno afronte como le dé la gana esos temas y no con una moral de Estado.

La asignatura se mete en las causas y consecuencias de la pobreza, la desigualdad, la marginación, los derechos humanos, la mejor convivencia, los valores necesarios para una sociedad plural, las actitudes personales, el correcto desarrollo afectivo y emocional… o sea, es como decirle al alumno que se le va a explicar el sentido de la vida.

¿Cómo hemos llegado a esta situación en la que se permite el adoctrinamiento estatal obligatorio en las escuelas?

En mi opinión, la asignatura deberí­a tener sólo un tema: ver la pelí­cula Sophie Scholl. Y, por supuesto, ser voluntaria.

Para los padres y alumnos que quieran objetar, pueden hacerlo aquí­ (pdf).

­Educación para la ciudadanía

La Educación para la ciudadanía, que se incorpora con entidad propia en el currículo de esta etapa, sitúa la preocupación por promover una ciudadanía democrática como parte del conjunto de los objetivos y actividades educativas, en la misma línea en que lo hacen distintos organismos internacionales. La Unión Europea incluye como objetivo de los sistemas educativos velar por que se promueva realmente, entre la comunidad escolar, el aprendizaje de los valores democráticos y de la participación democrática con el fin de preparar a las personas para la ciudadanía activa, en sintonía con la Recomendación (2002)12 del Consejo de Ministros del Consejo de Europa.

Por otra parte, la Constitución española en su artículo 1.1 se refiere a los valores en que se debe sustentar la convivencia social que son la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político y, en el artículo 14, establece la igualdad de todos ante la ley y rechaza cualquier
discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Respecto a las obligaciones del Estado en la formación de todos los ciudadanos y ciudadanas en valores y virtudes cívicas que favorezcan la cohesión social, el artículo 27.2. dice que la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad en el respeto a los principios democráticos de convivencia y los derechos y libertades fundamentales, que debe interpretarse según lo establecido en la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.

Estas recomendaciones internacionales y el mandato constitucional son los ejes que vertebran el currículo de
esta materia. La acción educativa debe permitir a los jóvenes
asumir de un modo crítico, reflexivo y progresivo el
ejercicio de la libertad, de sus derechos y de sus deberes
individuales y sociales en un clima de respeto hacia otras
personas y otras posturas morales, políticas y religiosas
diferentes de la propia. Además, la identificación de los
deberes ciudadanos y la asunción y ejercicio de hábitos
cívicos en el entorno escolar y social, permitirá que se
inicien en la construcción de sociedades cohesionadas,
libres, prósperas, equitativas y justas.
La Educación para la ciudadanía tiene como objetivo
favorecer el desarrollo de personas libres e íntegras a través
de la consolidación de la autoestima, la dignidad personal,
la libertad y la responsabilidad y la formación de
futuros ciudadanos con criterio propio, respetuosos, participativos
y solidarios, que conozcan sus derechos, asuman
sus deberes y desarrollen hábitos cívicos para que
puedan ejercer la ciudadanía de forma eficaz y responsable.
Esta nueva materia se propone que la juventud
aprenda a convivir en una sociedad plural y globalizada
en la que la ciudadanía, además de los aspectos civiles,
políticos y sociales que ha ido incorporando en etapas
históricas anteriores, incluya como referente la universalidad
de los derechos humanos que, reconociendo las
diferencias, procuran la cohesión social.
Para lograr estos objetivos se profundiza en los principios
de ética personal y social y se incluyen, entre otros
contenidos, los relativos a las relaciones humanas y a la
educación afectivo-emocional, los derechos, deberes y
libertades que garantizan los regímenes democráticos,
las teorías éticas y los derechos humanos como referencia
universal para la conducta humana, los relativos a la
superación de conflictos, la igualdad entre hombres y
mujeres, las características de las sociedades actuales, la
tolerancia y la aceptación de las minorías y de las culturas
diversas.a

Ahora bien, estos contenidos no se presentan de
modo cerrado y definitivo, porque un elemento sustancial
de la educación cívica es la reflexión encaminada a fortalecer
la autonomía de alumnos y alumnas para analizar,
valorar y decidir desde la confianza en sí mismos, contribuyendo
a que construyan un pensamiento y un proyecto
de vida propios.
En este sentido, es preciso desarrollar, junto a los
conocimientos y la reflexión sobre los valores democráticos,
los procedimientos y estrategias que favorezcan la
sensibilización, toma de conciencia y adquisición de actitudes
y virtudes cívicas. Para lograrlo, es imprescindible
hacer de los centros y de las aulas de secundaria lugares
modelo de convivencia, en los que se respeten las normas,
se fomente la participación en la toma de decisiones
de todos los implicados, se permita el ejercicio de los
derechos y se asuman las responsabilidades y deberes
individuales. Espacios, en definitiva, en los que se practique
la participación, la aceptación de la pluralidad y la
valoración de la diversidad que ayuden a los alumnos y
alumnas a construirse una conciencia moral y cívica
acorde con las sociedades democráticas, plurales, complejas
y cambiantes en las que vivimos.
La Educación para la ciudadanía está configurada en
esta etapa por dos materias: la Educación para la ciudadanía
y los derechos humanos que se imparte en uno de los
tres primeros cursos y la Educación ético-cívica de cuarto
curso. Ambas materias se estructuran en varios bloques
que van desde lo personal y lo más próximo a lo global y
más general; en ambas existe un conjunto de contenidos
comunes a estos bloques, que llevan a la adquisición de
procedimientos, habilidades sociales y actitudes básicas
para el desarrollo de una buena convivencia y de la ciudadanía
democrática.
Así, es común a ambas materias partir de la reflexión
sobre la persona y las relaciones interpersonales. También
son comunes el conocimiento y la reflexión sobre los
derechos humanos, desde la perspectiva de su carácter
histórico, favoreciendo que el alumnado valore que no
están garantizados por la existencia de una Declaración,
sino que es posible su ampliación o su retroceso según el
contexto. Finalmente, ambas materias comparten el estudio
de las características y problemas fundamentales de
las sociedades y del mundo global del siglo XXI. La Educación
para la ciudadanía y los derechos humanos se
plantea el conocimiento de la realidad desde el aprendizaje
de lo social, centrándose la Educación ético-cívica en
la reflexión ética que comienza en las relaciones afectivas
con el entorno más próximo para contribuir, a través de
los dilemas morales, a la construcción de una conciencia
moral cívica.
La Educación para la ciudadanía y los derechos humanos
de uno de los tres primeros cursos trata aspectos
relacionados con las relaciones humanas, bien sean las
interpersonales, las familiares o las sociales. Aborda asimismo
los deberes y derechos ciudadanos, profundizando
en el sentido de los principios que los sustentan y
en la identificación de situaciones en las que se conculcan
para, de esta forma, conseguir que el alumnado valore la
defensa de los mismos.
El conocimiento de las sociedades democráticas
aproxima al alumnado al funcionamiento del Estado y, en
particular, al modelo político español, así como a los
deberes y compromisos del Estado con los ciudadanos y
de éstos con el Estado.
Finalmente se enmarca la ciudadanía en un mundo
global al analizar problemas y situaciones de la sociedad
actual en las que se manifiesta interdependencia, desigualdad
o conflicto a la vez que se contemplan diversas
maneras de buscar soluciones.
Los contenidos se presentan organizados en cinco
bloques. En el bloque 1 figuran los contenidos comunes,
que están encaminados a desarrollar aquellas habilidades y destrezas relacionadas con la reflexión y con la participación.
El entrenamiento en el diálogo y el debate y la
aproximación respetuosa a la diversidad personal y cultural
al mismo tiempo que fomentan una valoración crítica
con las desigualdades, constituyen una de las aportaciones
fundamentales de la nueva materia y contribuyen, de
forma específica, a la adquisición de algunas competencias
básicas.
El bloque 2, Relaciones interpersonales y participación,
trata aspectos relativos a las relaciones humanas
desde el respeto a la dignidad personal y la igualdad de
derechos individuales, el reconocimiento de las diferencias,
el rechazo a las discriminaciones y el fomento de la
solidaridad. Asimismo, se abordan aspectos relativos a la
participación y representación en el centro escolar y el
compromiso con actividades sociales encaminadas a
lograr una sociedad justa y solidaria.
El bloque 3, Deberes y derechos ciudadanos profundiza
en un contenido ya trabajado en el tercer ciclo de
primaria. Además del conocimiento de los principios
recogidos en los textos internacionales, propone la
reflexión en el sentido de dichos principios, en la identificación
de situaciones de violación de los derechos humanos
y en la actuación que corresponde a los tribunales
ordinarios y a los Tribunales Internacionales cuando esas
situaciones de violación de los derechos humanos se producen.
El bloque 4, Las sociedades democráticas del siglo XXI,
incluye contenidos relativos a la diversidad social y al
funcionamiento de los estados democráticos centrándose
particularmente en el modelo político español. Se analiza
el papel de los distintos servicios públicos administradores
del bien común, atendiendo tanto a la responsabilidad
de las administraciones en su prestación y mejora, como
a los deberes y compromisos de los ciudadanos en su
mantenimiento.
El bloque 5, Ciudadanía en un mundo global, aborda
algunas de las características de la sociedad actual: la
desigualdad en sus diversas manifestaciones, el proceso
de globalización e interdependencia, los principales conflictos
del mundo actual así como el papel de los organismos
internacionales en su prevención y resolución.
En cuanto a la Educación Ético-cívica de cuarto curso,
parte también del análisis de las relaciones interpersonales
y de la convivencia, analizando la libertad y responsabilidad
como características que definen a la persona y
que hacen posible la convivencia a partir del respeto de
las diferencias, con especial hincapié en el rechazo a la
violencia en las relaciones humanas, y en particular a la
violencia de género, y la aceptación del principio del respeto
a la dignidad de toda persona como elemento básico
que posibilita la convivencia.
El estudio de los Derechos Humanos desde la perspectiva
ética y moral lleva al alumnado a la comprensión
de los fundamentos morales de la convivencia, identificando
los distintos elementos comunes que desde las
diversas teorías éticas se aportan para la construcción de
una ética común, base de la convivencia en las modernas
sociedades complejas. Esto permite igualmente profundizar
en el sentido de la democracia y en el fundamento y
funcionamiento de las instituciones democráticas, así como
en los principales valores presentes en la Constitución.
Desde este nuevo punto de vista ético es posible abordar
el análisis de determinados problemas característicos
de la sociedad actual, como el estudio de los factores de
discriminación de distintos colectivos, el análisis de la
globalización, el concepto de ciudadanía global, el desarrollo
humano sostenible o lo relativo a la cooperación y
al desarrollo de una cultura de paz.
Especial interés merece la igualdad que debe darse
entre hombres y mujeres, analizando las causas y factores
responsables de la discriminación de las mujeres, su
valoración desde los principios de la dignidad de la persona y la igualdad en libertad, considerando igualmente
las alternativas a dicha discriminación y a la violencia
contra las mujeres.
Al igual que en cursos anteriores, se plantean contenidos
comunes a todos los temas enfocados a la adquisición
de determinados procedimientos, como el saber
razonar y argumentar, reconocer los propios sentimientos
o saber evaluar críticamente las informaciones presentadas
por los distintos medios de comunicación. Igualmente,
se contemplan contenidos enfocados al desarrollo
de actitudes básicas para la convivencia, como la tolerancia,
la actitud de diálogo y negociación, la actitud a favor
de la paz o la solidaridad.
La Educación ético-cívica de cuarto curso se organiza
en seis bloques, que incluyen en el primero de ellos los
contenidos comunes señalados.
El bloque 2, Identidad y alteridad. Educación afectivoemocional,
se centra en los valores de la identidad personal,
la libertad y la responsabilidad, con particular atención
a la relación entre inteligencia, sentimientos y
emociones.
En el bloque 3, Teorías éticas, los derechos humanos,
se incluye el análisis de las grandes líneas de reflexión
ética y, particularmente, el referente ético universal que
representan las diferentes formulaciones de los derechos
humanos.
El bloque 4, Ética y política. La democracia. Los valores
constitucionales, aborda el análisis de los fundamentos
éticos y jurídicos de nuestro sistema político democrático
planteándolo en un nivel de universalidad y de
abstracción racional superior al de los cursos anteriores,
posible por la mayor madurez del alumnado de esta
edad.
El bloque 5, Problemas sociales del mundo actual,
incluye la valoración ética de los grandes problemas y
dilemas morales generados en el mundo actual desde la
perspectiva de los derechos humanos: la globalización y
los problemas del desarrollo, los conflictos armados y la
actuación de la comunidad internacional en su resolución,
etc., todo ello desde la perspectiva del rechazo de las
discriminaciones y de la valoración de la actuación de
aquellos movimientos y fuerzas internacionales que contribuyen
a fomentar la cultura de la paz y la cooperación.
El bloque 6, La igualdad entre hombres y mujeres,
vuelve al estudio de contenidos ya tratados en cursos
anteriores (la igualdad de hombres y mujeres en la familia
y el mundo laboral, la lucha por los derechos de las mujeres,
etc.); en este curso se opta por incluir un bloque con
entidad propia que haga posible la reflexión en profundidad
sobre la igualdad, la libertad y las causas de la discriminación
de las mujeres así como las posibles alternativas
a dicha discriminación.
Contribución de la materia a la adquisición
de las competencias básicas
La Educación para la ciudadanía y los derechos humanos
y la Educación ético-cívica se relacionan directamente
con la competencia social y ciudadana pero, además, contribuyen
a desarrollar algunos aspectos destacados de
otras competencias básicas.
En relación con la competencia social y ciudadana se
afronta el ámbito personal y público implícito en ella: propicia
la adquisición de habilidades para vivir en sociedad
y para ejercer la ciudadanía democrática. Además de contribuir
a reforzar la autonomía, la autoestima y la identidad
personal, favorece el desarrollo de habilidades que
permiten participar, tomar decisiones, elegir la forma adecuada
de comportarse en determinadas situaciones y
responsabilizarse de las decisiones adoptadas y de las
consecuencias derivadas de las mismas. También contribuye
a mejorar las relaciones interpersonales al trabajar
las habilidades encaminadas a lograr la toma de conciencia
de los propios pensamientos, valores, sentimientos y acciones. Impulsa los vínculos personales basados en
sentimientos y ayuda a afrontar las situaciones de conflicto
al proponer la utilización sistemática del diálogo y
otros procedimientos no violentos para su resolución. La
educación afectivo-emocional, la convivencia, la participación,
el conocimiento de la diversidad y de las situaciones
de discriminación e injusticia, permiten consolidar las
habilidades sociales, ayudan a generar sentimientos compartidos
y no excluyentes, a reconocer, aceptar y usar convenciones
y normas sociales de convivencia e interiorizar
los valores de respeto, cooperación, solidaridad, justicia,
no violencia, compromiso y participación tanto en el
ámbito personal como en el social.
Se contribuye también a la competencia a partir de la
adquisición del conocimiento de los fundamentos y los
modos de organización de los estados y de las sociedades
democráticos y de otros contenidos específicos como la
evolución histórica de los derechos humanos y la forma
en que se concretan y se respetan o se vulneran en el
mundo actual, particularmente, en casos de conflicto. En
esta etapa, se incluyen contenidos relativos a la actuación
de los organismos internacionales y de aquellos movimientos,
organizaciones y fuerzas que trabajan a favor de
los derechos humanos y de la paz.
Se contribuye directamente a la dimensión ética de la
competencia social y ciudadana favoreciendo que los
alumnos y alumnas reconozcan los valores del entorno y,
a la vez, puedan evaluarlos y comportarse coherentemente
con ellos al tomar una decisión o al afrontar un
conflicto. Los valores universales y los derechos y deberes
contenidos en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y en la Constitución española constituyen
el referente ético común.
Al ser contenidos específicos los relacionados con el
conocimiento de la pluralidad social y el carácter de la
globalización y las implicaciones que comporta para los
ciudadanos, facilitará a los alumnos y alumnas instrumentos
para construir, aceptar y practicar normas de
convivencia acordes con los valores democráticos, ejercitar
los derechos y libertades, asumir las responsabilidades
y deberes cívicos y, en definitiva, participar activa y
plenamente en la vida cívica.
La Educación para la ciudadanía contribuye al desarrollo
de la competencia de aprender a aprender fomentando
la conciencia de las propias capacidades a través de
la educación afectivo emocional y las relaciones entre
inteligencia, emociones y sentimientos. Asimismo, el estímulo
de las habilidades sociales, el impulso del trabajo en
equipo, la participación y el uso sistemático de la argumentación,
la síntesis de las ideas propias y ajenas, la
confrontación ordenada y crítica de conocimiento, información
y opinión favorecen también los aprendizajes
posteriores.
Desde los procedimientos del área se favorece la competencia
básica autonomía e iniciativa personal porque se
desarrollan iniciativas de planificación, toma de decisiones,
participación y asunción de responsabilidades. El
currículo atiende especialmente a la argumentación, la
construcción de un pensamiento propio, el estudio de
casos que supongan una toma de postura sobre un problema
y las posibles soluciones. El planteamiento de dilemas
morales, propio de la educación ético-cívica de
cuarto curso, contribuye a que los alumnos y alumnas
construyan un juicio ético propio basado en los valores y
prácticas democráticas.
El uso sistemático del debate contribuye a la competencia
en comunicación lingüística, porque exige ejercitarse
en la escucha, la exposición y la argumentación. Por
otra parte, la comunicación de sentimientos, ideas y opiniones,
imprescindibles para lograr los objetivos de estas
materias, al utilizar tanto el lenguaje verbal como el
escrito, la valoración crítica de los mensajes explícitos e implícitos en fuentes diversas y, particularmente, en la
publicidad y en los medios de comunicación, también
ayudan a la adquisición de la competencia. Finalmente, el
conocimiento y del uso de términos y conceptos propios
del análisis de lo social, posibilitan el enriquecimiento del
vocabulario.
Objetivos
Las materias Educación para la ciudadanía y los derechos
humanos y la Educación Ético-cívica en esta etapa,
tendrán como objetivo el desarrollo de las siguientes
capacidades:
1. Reconocer la condición humana en su dimensión
individual y social, aceptando la propia identidad, las
características y experiencias personales respetando las
diferencias con los otros y desarrollando la autoestima.
2. Desarrollar y expresar los sentimientos y las emociones,
así como las habilidades comunicativas y sociales
que permiten participar en actividades de grupo con actitud
solidaria y tolerante, utilizando el diálogo y la mediación
para abordar los conflictos.
3. Desarrollar la iniciativa personal asumiendo responsabilidades
y practicar formas de convivencia y participación
basadas en el respeto, la cooperación y el
rechazo a la violencia a los estereotipos y prejuicios.
4. Conocer, asumir y valorar positivamente los derechos
y obligaciones que se derivan de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos y de la Constitución
Española, identificando los valores que los fundamentan,
aceptándolos como criterios para valorar éticamente las
conductas personales y colectivas y las realidades sociales.
5. Identificar la pluralidad de las sociedades actuales
reconociendo la diversidad como enriquecedora de la
convivencia y defender la igualdad de derechos y oportunidades
de todas las personas, rechazando las situaciones
de injusticia y las discriminaciones existentes por razón
de sexo, origen, creencias, diferencias sociales, orientación
afectivo-sexual o de cualquier otro tipo, como una
vulneración de la dignidad humana y causa perturbadora
de la convivencia.
6. Reconocer los derechos de las mujeres, valorar la
diferencia de sexos y la igualdad de derechos entre ellos
y rechazar los estereotipos y prejuicios que supongan discriminación
entre hombres y mujeres.
7. Conocer y apreciar los principios que fundamentan
los sistemas democráticos y el funcionamiento del
Estado español y de la Unión Europea, tomando conciencia
del patrimonio común y de la diversidad social y cultural.
8. Conocer los fundamentos del modo de vida
democrático y aprender a obrar de acuerdo con ellos en
los diferentes ámbitos de convivencia. Asumir los deberes
ciudadanos en el mantenimiento de los bienes comunes
y el papel del Estado como garante de los servicios
públicos.
9. Valorar la importancia de la participación en la
vida política u otras formas de participación ciudadana,
como la cooperación, el asociacionismo y el voluntariado.
10. Conocer las causas que provocan la violación de
los derechos humanos, la pobreza y la desigualdad, así
como la relación entre los conflictos armados y el subdesarrollo,
valorar las acciones encaminadas a la consecución
de la paz y la seguridad y la participación activa
como medio para lograr un mundo más justo.
11. Reconocerse miembros de una ciudadanía global.
Mostrar respeto crítico por las costumbres y modos
de vida de poblaciones distintas a la propia y manifestar
comportamientos solidarios con las personas y colectivos
desfavorecidos.

12. Identificar y analizar las principales teorías éticas,
reconocer los principales conflictos sociales y morales
del mundo actual y desarrollar una actitud crítica ante
los modelos que se trasmiten a través de los medios de
comunicación.
13. Adquirir un pensamiento crítico, desarrollar un
criterio propio y habilidades para defender sus posiciones
en debates, a través de la argumentación documentada y
razonada, así como valorar las razones y argumentos de
los otros.
CURSOS PRIMERO A TERCERO
Educación para la ciudadanía y los derechos humanos
Contenidos
Bloque 1. Contenidos comunes.
Exposición de opiniones y juicios propios con argumentos
razonados y capacidad para aceptar las opiniones
de los otros.
Práctica del diálogo como estrategia para abordar los
conflictos de forma no violenta.
Exposición de opiniones y juicios propios con argumentos
razonados. Preparación y realización de debates
sobre aspectos relevantes de la realidad, con una actitud
de compromiso para mejorarla.
Análisis comparativo y evaluación crítica de informaciones
proporcionadas por los medios de comunicación
sobre un mismo hecho o cuestión de actualidad.
Bloque 2. Relaciones interpersonales y participación.
Autonomía personal y relaciones interpersonales.
Afectos y emociones.
Las relaciones humanas: relaciones entre hombres y
mujeres y relaciones intergeneracionales. La familia en el
marco de la Constitución española. El desarrollo de actitudes
no violentas en la convivencia diaria.
Cuidado de las personas dependientes. Ayuda a compañeros
o personas y colectivos en situación desfavorecida.
Valoración crítica de la división social y sexual del trabajo
y de los prejuicios sociales racistas, xenófobos, antisemitas,
sexistas y homófobos.
La participación en el centro educativo y en actividades
sociales que contribuyan a posibilitar una sociedad
justa y solidaria.
Bloque 3. Deberes y derechos ciudadanos
Declaración universal de los derechos humanos, pactos
y convenios internacionales. Condena de las violaciones
de los derechos humanos y actuación judicial ordinaria
y de los Tribunales Internacionales. Valoración de los
derechos y deberes humanos como conquistas históricas
inacabadas y de las constituciones como fuente de reconocimiento
de derechos.
Igualdad de derechos y diversidad. Respeto y valoración
crítica de las opciones personales de los ciudadanos.
La conquista de los derechos de las mujeres (participación
política, educación, trabajo remunerado, igualdad
de trato y oportunidades), y su situación en el mundo
actual.
Bloque 4. Las sociedades democráticas del siglo
XXI.
El Estado de Derecho: su funcionamiento. El modelo
político español: la Constitución Española y el Estado de
las Autonomías. La política como servicio a la ciudadanía:
la responsabilidad pública.
Diversidad social y cultural. Convivencia de culturas
distintas en una sociedad plural. Rechazo de las discriminaciones provocadas por las desigualdades personales,
económicas o sociales.
Identificación, aprecio y cuidado de los bienes comunes
y servicios públicos. Los impuestos y la contribución
de los ciudadanos. Compensación de desigualdades. Distribución
de la renta.
Consumo racional y responsable. Reconocimiento de
los derechos y deberes de los consumidores. La influencia
del mensaje publicitario en los modelos y hábitos
sociales.
Estructura y funciones de la protección civil. Prevención
y gestión de los desastres naturales y provocados.
La circulación vial y la responsabilidad ciudadana.
Accidentes de circulación: causas y consecuencias.
Bloque 5. Ciudadanía en un mundo global.
Un mundo desigual: riqueza y pobreza. La «feminización
de la pobreza». La falta de acceso a la educación
como fuente de pobreza. La lucha contra la pobreza y la
ayuda al desarrollo.
Los conflictos en el mundo actual: el papel de los
organismos internacionales y de las fuerzas armadas de
España en misiones internacionales de paz. Derecho
internacional humanitario. Acciones individuales y colectivas
en favor de la paz.
Globalización e interdependencia: nuevas formas de
comunicación, información y movilidad. Relaciones entre
los ciudadanos, el poder económico y el poder político.
Criterios de evaluación
1. Identificar y rechazar, a partir del análisis de
hechos reales o figurados, las situaciones de discriminación
hacia personas de diferente origen, género, ideología,
religión, orientación afectivo-sexual y otras, respetando
las diferencias personales y mostrando autonomía
de criterio.
Este criterio permite comprobar si el alumnado, ante
la presentación de un caso o situación simulada o real, es
capaz de reconocer la discriminación que, por motivos
diversos, sufren determinadas personas en las sociedades
actuales y si manifiesta autonomía de criterio, actitudes
de rechazo hacia las discriminaciones y respeto por
las diferencias personales.
2. Participar en la vida del centro y del entorno y
practicar el diálogo para superar los conflictos en las relaciones
escolares y familiares.
Con este criterio se pretende evaluar si los alumnos y
las alumnas han desarrollado habilidades sociales de respeto
y tolerancia hacia las personas de su entorno y si
utilizan de forma sistemática el diálogo y la mediación
como instrumento para resolver los conflictos, rechazando
cualquier tipo de violencia hacia cualquier miembro
de la comunidad escolar o de la familia. A través de la
observación y del contacto con las familias, se puede
conocer la responsabilidad con que el alumnado asume
las tareas que le corresponden. Por otra parte, la observación
permite conocer el grado de participación en las
actividades del grupo-clase y del centro educativo.
3. Utilizar diferentes fuentes de información y considerar
las distintas posiciones y alternativas existentes en
los debates que se planteen sobre problemas y situaciones
de carácter local o global.
Este criterio pretende comprobar si el alumnado
conoce las técnicas del debate, si se documenta debidamente
utilizando distintas fuentes de información y si es
capaz de analizarlas, sintetizar la información para presentar
sus opiniones de forma rigurosa, si argumenta
debidamente, considera las distintas posiciones y alternativas
en cada uno de los problemas planteados y llega a
elaborar un pensamiento propio y crítico, presentando las
conclusiones tanto de forma oral como escrita.

4. Identificar los principios básicos de las Declaración
Universal de los Derechos Humanos y su evolución,
distinguir situaciones de violación de los mismos y reconocer
y rechazar las desigualdades de hecho y de derecho,
en particular las que afectan a las mujeres.
Este criterio evalúa el grado de conocimiento de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y otras
convenciones y declaraciones universales, su evolución
histórica, si el alumnado reconoce los actos y las situaciones
de violación de derechos humanos en el mundo
actual, las discriminaciones que todavía sufren algunos
colectivos, tanto en la legislación como en la vida real y,
particularmente, si es capaz de describir y rechazar la discriminación
de hecho y de derecho que sufren las mujeres.
5. Reconocer los principios democráticos y las instituciones
fundamentales que establece la Constitución
española y los Estatutos de Autonomía y describir la organización,
funciones y forma de elección de algunos órganos
de gobierno municipales, autonómicos y estatales.
Con este criterio se trata de comprobar si se conocen
los rasgos fundamentales del sistema político español, la
organización, funciones y funcionamiento de los principales
órganos de gobierno estatales, autonómicos y municipales
y el papel que corresponde a los ciudadanos en la
elección y control de los mismos, y si se es capaz de aplicar
los principios del funcionamiento democrático a distintas
situaciones reales.
6. Identificar los principales servicios públicos que
deben garantizar las administraciones, reconocer la contribución
de los ciudadanos y ciudadanas en su mantenimiento
y mostrar, ante situaciones de la vida cotidiana,
actitudes cívicas relativas al cuidado del entorno, la seguridad
vial, la protección civil y el consumo responsable.
El objetivo de este criterio es comprobar que se reconocen
los principales servicios que las administraciones
prestan a los ciudadanos, el sentido de responsabilidad
pública de los cargos elegidos y, a la vez, las obligaciones
que corresponden a cada ciudadano en el cuidado y mantenimiento
de los servicios públicos a través de la contribución
fiscal. Asimismo, se trata de comprobar que se
conocen las obligaciones cívicas que le corresponden en
el cuidado del entorno, la seguridad vial, la protección
civil o el consumo responsable.
7. Identificar algunos de los rasgos de las sociedades
actuales (desigualdad, pluralidad cultural, compleja convivencia
urbana, etc.) y desarrollar actitudes responsables
que contribuyan a su mejora.
Este criterio pretende evaluar si se sabe identificar las
causas de la desigual distribución de la riqueza, el fenómeno
de la pluralidad cultural en las sociedades europeas
actuales, los diversos problemas que se localizan en los
medios urbanos (racismo, enfrentamiento en el uso de
los espacios comunes, tribus urbanas, botellón, etc.) y si
el alumnado reconoce y asume las actuaciones que cada
ciudadano puede realizar para mejorarlos.
8. Identificar las características de la globalización y
el papel que juegan en ella los medios de comunicación,
reconocer las relaciones que existen entre la sociedad en
la que vive y la vida de las personas de otras partes del
mundo.
Con este criterio se trata de valorar si el alumno
conoce el papel de la información y la comunicación en el
mundo actual y las relaciones existentes entre la vida de
las personas de distintas partes del mundo como consecuencia
de la globalización, si comprende las repercusiones
que determinadas formas de vida del mundo desarrollado
tienen en los países en vías de desarrollo y si
manifiesta actitudes de solidaridad con los grupos desfavorecidos.
9. Reconocer la existencia de conflictos y el papel
que desempeñan en los mismos las organizaciones internacionales
y las fuerzas de pacificación. Valorar la importancia de las leyes y la participación humanitaria para
paliar las consecuencias de los conflictos.
Con este criterio se pretende comprobar si se conocen
los conflictos más relevantes del mundo actual y su localización,
la actuación de las organizaciones internacionales,
de las fuerzas de pacificación y las leyes por las que se
rigen. Asimismo, se pretende comprobar si el alumnado
reflexiona y asume el papel vital que tiene la participación
humanitaria y la presencia de las organizaciones no
gubernamentales para mitigar las derivaciones negativas
de los conflictos.
CUARTO CURSO
Educación ético-cívica
Contenidos
Bloque 1. Contenidos comunes.
Reconocimiento de los sentimientos propios y ajenos,
resolución dialogada y negociada de los conflictos.
Preparación y realización de debates sobre problemas
del entorno inmediato o de carácter global, sobre cuestiones
de actualidad y dilemas ético-cívicos, considerando
las posiciones y alternativas existentes.
Análisis comparativo y evaluación crítica de informaciones
proporcionadas por los medios de comunicación
sobre un mismo hecho o cuestión de actualidad.
Reconocimiento de las injusticias y las desigualdades.
Interés por la búsqueda y práctica de formas de vida más
justas. Participación en proyectos que impliquen solidaridad
dentro y fuera del centro.
Bloque 2. Identidad y alteridad. Educación afectivoemocional.
Identidad personal, libertad y responsabilidad. Los
interrogantes del ser humano. Respeto a las diferencias
personales.
Inteligencia, sentimientos y emociones. Las relaciones
interpersonales. Rechazo de la violencia como solución
a los conflictos interpersonales.
Habilidades y actitudes sociales para la convivencia.
Respeto por la dignidad humana y los derechos fundamentales
de las personas.
Bloque 3. Teorías éticas. Los derechos humanos.
Las teorías éticas.
Los derechos humanos como referencia universal
para la conducta humana. Derechos cívicos y políticos.
Derechos económicos, sociales y culturales. Evolución,
interpretaciones y defensa efectiva de los derechos
humanos.
Las diferencias sociales y culturales. Rechazo de las
actitudes de intolerancia, injusticia y exclusión.
Bloque 4. Ética y política. La democracia. Los valores
constitucionales.
Democracia y participación ciudadana.
Instituciones democráticas: fundamento y funcionamiento.
El ordenamiento jurídico como instrumento de
regulación de la convivencia.
Los valores constitucionales. Correspondencia entre
derechos y deberes ciudadanos.
Bloque 5. Problemas sociales del mundo actual.
Factores que generan problemas y discriminaciones a
distintos colectivos. Valoración ética desde los derechos
humanos. Propuestas de actuación.
La globalización y los problemas del desarrollo. Poder
y medios de comunicación.
Ciudadanía global. Desarrollo humano sostenible.
Cooperación. Los movimientos comprometidos en la
defensa de los Derechos Humanos.

Los conflictos armados y la actuación de la comunidad
internacional en su resolución. Operaciones para
establecer, mantener o consolidar la paz. La defensa al
servicio de la paz. La cultura de la paz.
Bloque 6. La igualdad entre hombres y mujeres.
Dignidad de la persona, igualdad en libertad y diversidad.
Causas y factores de la discriminación de las mujeres.
Igualdad de derechos y de hecho.
Alternativas a la discriminación. Prevención y protección
integral de la violencia contra las mujeres.
Criterios de evaluación
1. Descubrir sus sentimientos en las relaciones interpersonales,
razonar las motivaciones de sus conductas y
elecciones y practicar el diálogo en las situaciones de conflicto.
Con este criterio se intenta comprobar que cada
alumno y alumna asume y controla sus propios sentimientos,
se pone en el lugar de los otros y utiliza el diálogo
y otros procedimientos no violentos para superar los
conflictos en sus relaciones interpersonales, que razona
sus elecciones y que es responsable de sus actos.
2. Diferenciar los rasgos básicos que caracterizan la
dimensión moral de las personas (las normas, la jerarquía
de valores, las costumbres, etc.) y los principales problemas
morales.
Con este criterio se pretende evaluar si se identifican
los distintos elementos de la dimensión moral de las personas
y del comportamiento humano y de los dilemas
morales que se plantean en el mundo actual.
3. Identificar y expresar las principales teorías éticas.
Mediante este criterio se intenta evaluar en el alumnado
el grado de conocimiento de conceptos claves de
algunas de las teorías éticas que más han influido en la
conquista de los derechos y libertades en Occidente.
4. Reconocer los Derechos Humanos como principal
referencia ética de la conducta humana e identificar la
evolución de los derechos cívicos, políticos, económicos,
sociales y culturales, manifestando actitudes a favor del
ejercicio activo y el cumplimiento de los mismos.
A través de este criterio se trata de comprobar el
grado de comprensión de los conceptos claves de los
Derechos humanos y su valoración crítica del esfuerzo
que ello ha supuesto en la historia de la Humanidad. Se
trata asimismo de valorar si el alumnado entiende los
derechos humanos como una conquista histórica inacabada
y manifiesta una exigencia activa de su cumplimiento.
5. Comprender y expresar el significado histórico y
filosófico de la democracia como forma de convivencia
social y política.
Mediante este criterio se trata de comprobar si se
comprende el pluralismo político y moral, a la vez que se
aprecia el necesario respeto a la dignidad de cada persona
por encima de las diferencias individuales y culturales
que tienen su origen en la historia de las colectividades
y de los individuos.
6. Reconocer los valores fundamentales de la democracia
en la Constitución española y la noción de sistema
democrático como forma de organización política en
España y en el mundo.
Mediante este criterio se pretende evaluar en el alumnado
su nivel de conocimiento de los procesos de democratización
de muchos países como un logro de la civilización
humana en todo el mundo, de los conceptos claves
del sistema democrático, como el sistema de elecciones,
el pluralismo político, el gobierno de la mayoría y los conflictos
entre legitimidad y legalidad democráticas, su
valoración de la democracia como una conquista éticopolítica
de todos los ciudadanos españoles y su aplicación para enjuiciar actuaciones y actitudes cotidianas de
la vida pública.
7. Analizar las causas que provocan los principales
problemas sociales del mundo actual, utilizando de forma
crítica la información que proporcionan los medios de
comunicación e identificar soluciones comprometidas
con la defensa de formas de vida más justas.
Se trata de comprobar si se identifican y se comprenden
algunas de las causas que provocan los principales
problemas sociales del mundo actual (reparto desigual
de la riqueza, explotación infantil, emigraciones forzadas,
etc.), utilizando con rigor y de forma crítica la información
obtenida de los distintos medios de comunicación;
si se reconoce la actuación de organismos e
instituciones comprometidas con la defensa de formas de
vida más justas y se manifiestan actitudes de tolerancia y
solidaridad al plantear soluciones.
8. Reconocer la existencia de conflictos y el papel
que desempeñan en los mismos las organizaciones internacionales
y las fuerzas de pacificación. Valorar la cultura
de la paz, la importancia de las leyes y la participación
humanitaria para paliar las consecuencias de los conflictos.
Con este criterio se pretende comprobar que el alumnado
conoce los conflictos más relevantes del mundo
actual y su localización, la actuación de las organizaciones
internacionales, de las fuerzas de pacificación y las leyes
por las que se rigen. Asimismo, se pretende comprobar si
valora la cultura de la paz en la convivencia diaria y si
reflexiona y asume el papel vital que tiene la participación
humanitaria para mitigar las derivaciones negativas de
los conflictos.
9. Distinguir igualdad y diversidad y las causas y
factores de discriminación. Analizar el camino recorrido
hacia la igualdad de derechos de las mujeres y rechazar
su discriminación y las situaciones de violencia de las que
son víctimas.
Este criterio pretende conocer si los alumnos y alumnas
reconocen la igualdad y la dignidad de todas las personas
y los elementos diferenciadores que están en la base
de algunas discriminaciones, así como los momentos históricos
más relevantes en la conquista de los derechos
políticos de las mujeres y la igualdad en el ámbito familiar
y laboral, a la vez que mide si saben identificar y localizar
las situaciones de discriminación de todo tipo que subsisten
en las sociedades actuales y rechazan activamente la
violencia contra las mujeres u otros colectivos.
10. Justificar las propias posiciones utilizando sistemáticamente
la argumentación y el diálogo y participar
de forma democrática y cooperativa en las actividades del
centro y del entorno.
Mediante este criterio se pretende evaluar el uso adecuado
de la argumentación sobre dilemas y conflictos
morales y el grado de conocimiento y de respeto a las
posiciones divergentes de los interlocutores, tanto en el
aula como en el ámbito familiar y social. Por otra parte, se
pretende conocer la manera y el grado en que el alumnado
participa y coopera activamente en el trabajo de
grupo y si colabora con el profesorado y los compañeros
y compañeras en las actividades del centro educativo y en
otros ámbitos externos.