Noticias en Google sobre la resolución sobre Irak:
Desde hace muchos meses me manifesté en contra de la guerra preventiva contra Irak y uno de los motivos, no el más importante, era que se eliminaba de un plumazo el multilateralismo para sustituirlo por la decisión unilateral de un gobierno americano que, impulsado por su política interna, necesitaba quemar un cartucho más en la «lucha contra el terrorismo». Uno de los peligros de declarar una guerra es que, frecuentemente, es una huida hacia adelante de la nación agresora y eso pasaba en EEUU cuando quería invadir Irak, con o sin armas de destrucción masiva.
Tampoco me gustó que se acusara a los españoles de cobardes cuando ganó Zapatero las elecciones y entendía que era una postura legítima plantear que las tropas nunca debieron ir a Irak si no era con mandato de la ONU.
Cuando Zapatero decidió de una hora para otra traerse las tropas españolas de Irak, la verdad es que no opiné. No sabía bien por qué se había tomado una decisión tan trascendental tan rápido cuando aún había tiempo para reflexionar. En su momento hasta me pareció razonable que efectivamente hubieran tanteado a los EEUU sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo en la ONU antes del 30 de junio (horizonte temporal al que se le estaba dando una importancia mágica irracional) y que el gobierno español hubiera llegado a la conclusión de que era del todo imposible llegar a una resolución razonable sobre la situación de Irak.
Pero lo ocurrido ayer, lo cierto es que deja en una posición bastante ridícula a España. El gobierno socialista actuó como si el mundo empezara y acabara en Irak, sin querer pensar que en la trama de enmarañados intereses internacionales, hoy Francia y Alemania apoyan sin rubor a EEUU y pueden abrazarse a Bush en la playa de Omaha mientras que quien ha quedado como un imberbe y sin respaldo es el gobierno socialista de España.
Y todo esto, ¿por qué? Pues seguramente, aunque le pese a José Luis Rodríguez Zapatero, porque en el fondo actúa con la misma motivación que George W. Bush: intereses electorales y unilateralismo. Le venía bien en el corto plazo y en clave interna dar un golpe de efecto para ganar las elecciones europeas. Y el unilateralismo forzado de quien no coordina su política internacional con ningún país amigo, ni en Europa ni fuera de Europa; supongo que por un aislamiento involuntario.