Vía Hispalibertas.
La mejor reflexión que he leído sobre el asunto del teniente general Mena. Es uno de esos casos en los que uno piensa y dice: el señor Mena no se lo merece, me cuesta una úlcera decir lo que digo, pero el teniente general debe ser cesado fulminantemente.
El Ejército es el garante de la unidad de España siempre que esté a las órdenes del presidente del Gobierno, aunque el presidente del Gobierno sea un sujeto indigno de su cargo.
En el Ejército hay un concepto que es el de «conducto reglamentario». Uno le hace partícipe de su malestar y disgusto a su inmediato superior y ese al inmediato superior y así hasta llegar a la cabeza. Hablen por el conducto reglamentario, no callen.
Lo que es para mondarse de risa es que la extrema izquierda, tan poco amiga de la disciplina castrense, se haga de pronto más estricta que un sargento de caballería. Son los defensores de la versión más descarnada e irrespetuosa de lo que llaman libertad de expresión o libertad de exabrupto y difamación, mientras no la ejerzan quienes no opinan como ellos. Faltaría más.