El Estatuto del periodista entra en el Congreso de los Diputados. No les llega con controlar las empresas informativas a través de subvenciones encubiertas en forma de publicidad institucional o a través de las concesiones administrativas de espacio radioeléctrico o de licencias televisivas. Y como no les llegaba, van a controlar también a quién se le puede llamar periodista o quien puede atribuirse tal nombre.
Afortunadamente está esto que se llama Internet y que, poco a poco, cada vez llega a más gente.