El suplemento Fe y Razón, del diario La Razón, publica un artÃculo sobre el reciente debate que el Papa Benedicto convocó sobre el tema de la Creación. Por lo visto, desde sus tiempos de profesor universitario, Ratzinger tiene la costumbre de convocar a sus antiguos alumnos para debatir algún tema. Ha seguido haciéndolo pero ahora, claro, esos debates tienen una trascendencia mayor.
Me ha gustado el encuadre del tema que hace el cardenal Schönborn: «La Iglesia no sostiene la posición de las teorÃas creacionistas», sostiene Schönborn. «Es importante distinguir entre la teorÃa cientÃfica de la evolución -que no provoca conflicto entre la fe y la razón- y la ideologÃa evolucionista. Una ideologÃa que pretende imponer como cientÃfica una conclusión que no es cientÃfica: que en el origen de la vida se encuentra la casualidad».
También Robert Speamann, siempre tan preciso, afirmó: «Quien se abre a la dimensión de un Dios creador no está en absoluto atemorizado con la posibilidad de encontrar racionalmente el origen de la vida, incluido el hombre; pero donde encuentre bondad y belleza, o contradicciones en una teorÃa cientÃfica, descubrirá un mensaje nuevo, totalmente distinto al cientÃfico, y que ayuda a comprenderlo».
Se publicarán los textos del debate, por deseo expreso del Papa, que seguramente serán un tesoro. Lo demás, en seguir leyendo.
«El evolucionismo no es cientÃfico»
Intelectuales, biólogos y teólogos debatieron el fin de semana sobre el origen del hombre
Mar Velasco
«No hay que temer a la posibilidad de encontrar racionalmente el origen de la vida»
Madrid- Un proceso a favor o en contra de Darwin. Asà han definido en Italia el seminario convocado por el Papa en Castelgandolfo el pasado fin de semana. Las teorÃas sobre el origen de la vida y del hombre y la controversia en torno a la existencia de un Creador han vuelto a la palestra, esta vez por por expresa voluntad del Papa Benedicto XVI. El «Ratzinger Schuelerkreis» -el cÃrculo de ex alumnos del Papa que una vez al año se reúnen con su antiguo profesor de teologÃa para discutir en torno a un tema propuesto- se dio cita en Castelgandolfo. AllÃ, cuarenta intelectuales, biólogos y teólogos debatieron a puerta cerrada sobre «Creación y Evolución», el tema escogido para este año.
«Y esta vez -aseguran-ha sido distinto». Las sesiones han sido más amplias y profundas de lo habitual, y ante la sorpresa de todos, Benedicto XVI ha pedido que las actas del seminario sean publicadas. El «Ratzinger Schuelerkreis» siempre se ha reunido a puerta cerrada y nunca se habÃa publicado nada, asà que la publicación de las actas supone una novedad sin precedentes.
Según aventura el vaticanista Sandro Magister, «es muy probable que la publicación comprenda también una sÃntesis de la discusión y algún anexo, como un texto preparado por el jesuita Paul Erbrich sobre el factor probabilidad en la hipótesis de la Evolución». En la primera sesión no estuvo presente Benedicto XVI, que cumplió con la visita prevista al santuario de Manopello, pero sà acudió a la jornada del sábado y presidió la misa conclusiva del domingo.
Sin miedo a la razón
El encuentro, que se desarrolló en el centro Mariapoli, cercano a Castelgandolfo, comenzó en la tarde del pasado viernes 1 de septiembre con la ponencia de Peter Schuster, un no católico, presidente de la academia austrÃaca de las ciencias y director del Instituto de QuÃmica teórica de Viena. Este experto en biologÃa molecular explicaba hace unos dÃas que intentarÃa proporcionar «el punto de vista del cientÃfico y demostrar el argumento de que, en el curso de la evolución, no es necesario un creador».
Participaban como relatores Robert Spaemann, uno de los más destacados filósofos alemanes de las últimas décadas, y el jesuita Paul Erbrich, profesor de FilosofÃa de la Naturaleza en Munich. Spaemann ha publicado recientemente en el diario italiano «Avvenire» un artÃculo que se considera parte de la ponencia del viernes. Escribe Spaemann: «Quien se abre a la dimensión de un Dios creador no está en absoluto atemorizado con la posibilidad de encontrar racionalmente el origen de la vida, incluido el hombre; pero donde encuentre bondad y belleza, o contradicciones en una teorÃa cientÃfica, descubrirá un mensaje nuevo, totalmente distinto al cientÃfico, y que ayuda a comprenderlo».
En este mismo sentido publicaba el sacerdote y cientÃfico Fiorenzo Facchini un artÃculo en el «Osservatore Romano» considerado la sÃntesis más actualizada de los postulados de la Iglesia católica al respecto: «El hombre no puede considerarse un producto natural de la evolución. El elemento espiritual que lo caracteriza no puede emerger de la potencialidad de la materia. La aparición del hombre supone una voluntad positiva de Dios desde el momento en que se encendió la chispa de la inteligencia en uno o más homÃnidos. La naturaleza tiene la potencia de acoger el espÃritu según la voluntad de su creador, pero no puede producirlo por sà misma», escribe. El cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, participó también como relator. Probablemente se hizo eco de la conferencia pronunciada el pasado mes de julio, que se producÃa después de que publicara un artÃculo en el «New York Times» sobre los lÃmites de la ideologÃa evolucionista.«La Iglesia no sostiene la posición de las teorÃas creacionistas», sostiene Schönborn. «Es importante distinguir entre la teorÃa cientÃfica de la evolución -que no provoca conflicto entre la fe y la razón- y la ideologÃa evolucionista. Una ideologÃa que pretende imponer como cientÃfica una conclusión que no es cientÃfica: que en el origen de la vida se encuentra la casualidad».