Francia: Ni matrimonio ni adopción para uniones homosexuales ::Aceprensa::

En este tema, dice Pecresse, «no hay más que dos posturas coherentes: o se autoriza el matrimonio, y entonces la adopción va unida a él; o se está contra la adopción, y entonces no se autoriza el matrimonio». Para la portavoz de la comisión, «la ley no tiene por qué dar consistencia a una reivindicación que se aleja de la verosimilitud biológica y que no es conforme a la verdad del origen del niño».

He sentido envidia de la sociedad francesa. No sé de voces histéricas que acusen de homófobos a los expertos que han decidido que la unión homosexual no es un matrimonio ni debe adoptar.

Otro dato reseñable es que la ley francesa «reserva la procreación por fecundación artificial a las parejas estables de hombre y mujer, y rechaza la posibilidad de la «maternidad sustitutoria». Su idea es mantener el modelo francés, que solo permite el recurso a estas técnicas por problemas médicos y no por satisfacer un «derecho al hijo». «No corresponde a la medicina hacer hijos sin padre», dice Pecresse».

Mientras, en España, sigilosamente, sin debate, se ha aprobado el producir embriones industrialmente para fines de investigación: el colmo de la deshumanización.