Durante este verano tan mezquino en la política española ha habido un aniversario que se me ha pasado totalmente inadvertido, aunque puede ser que sea solamente culpa mía: hacía 25 años que se había muerto Joaquín Garrigues Walker, un político español sobresaliente en el extenso sentido de la palabra. Más sobresaliente ahora, si cabe, rodeados como estamos de mediocridad.

Hoy Antonio Fontán, que fue primer presidente del Senado, le dedica una tercera en ABC. Para los que recordamos la Transición, el artículo es emocionante. Para lo que no la recordáis será una buena ocasión de comprender de qué se habla cuando se dice que la política es un ejercicio noble, aunque no queden muchas personalidades vivas que puedan ejemplificarlo.

Joaquín Garrigues era uno de ellos, un político en el sentido más noble de la palabra.