cambiaelmundo: Objeción de conciencia y sentido del ridículo

A través de Sí, sí. No, no encuentro este artículo de Andrés Ollero, de lectura recomendable, sobre el positivismo jurídico.

A mí lo que me escandaliza es que haya gente que en el siglo XXI, después de Auschwitz, siga defendiendo que el origen de la ley es únicamente la voluntad del legislador. ¿En nombre de quién y de qué se realizaron los juicios de Nuremberg?

Sin una ley natural no hay derechos humanos, hay simples convenciones que hoy o mañana pueden negarle la vida a un colectivo determinado.