El Papa Benedicto XVI recibió, por fin, el sábado 19 a Silvio Berlusconi. Había recibido ya a varios políticos italianos, pero todavía no al presidente del Gobierno. Al final, ante la natural expectación, se emitió un comunicado conjunto en el que se decía que se había hablado, entre otras cosas, del concordato, que se habían constatado importantes zonas de confluencia, y que tanto el Gobierno italiano como la Santa Sede estaban de acuerdo en considerar prioritaria la defensa de las libertades y de la vida humana. Al día siguiente, “Il Tempo”, de Roma, ocupaba su portada con un gran primer plano de los interlocutores, y este titular a toda página, que me resultó muy sorprendente: “Vade retro, Zapatero”.
En algún momento, cuando me haya calmado, hablaré del Gobierno. (Tip y Coll allá por los años 70 decían al terminar su programa: «Mañana, hablaremos del Gobierno». Nunca cumplían su amenaza y aquello era la crítica más cáustica al sistema.)