No sé dónde leí hace unos días un texto en Internet en el que se explicaba mal el concepto de off the record y se confundía con la atribución con reserva obligada. A continuación, el diferente tratamiento de las fuentes según F. Martínez Vallvey en su libro Herramientas periodísticas.

– Atribución on the record: identificación explícita del contenido e identificación de la fuente.

El presunto parricida de Elche, que acabó con la vida de su esposa y sus dos hijos la semana pasada, fue insultado el sábado por otros internos por lo que ha tenido que ser apartado del resto, según ha explicado el director del centro penitenciario de Fontcalent, Jaime Hernández.

– Atribución con reservas: no hay identificación explícita de la fuente sino genérica y se identifica la información.

La Policía cree que el intento de agresión al ex secretario general del PCE Santiago Carrillo, durante la presentación de un libro en Madrid, fue una acción «perfectamente organizada» y preparada al menos con un día de antelación, según fuentes de la investigación.

– Atribución con reserva obligada: no se identifica a la fuente y se filtra la información. Puede convertirse en abuso del medio de comunicación.

– Off the record: no se publica la identidad de la fuente ni lo filtrado.
El off the record más fácil de entender es el del Watergate y «Garganta profunda». Los periodistas no sólo no mencionan a su fuente sino que sólo la utilizan como guía en la investigación, sin publicar lo que la fuente les dice. La necesidad de esa opacidad es evidente, ya que en multitud de casos, publicar la información es casi desvelar la identidad de la fuente ya que suelen ser temas conocidos sólo en ámbitos muy restringidos.