Escuchar a los adoptados adultos antes de introducir reformas ::Aceprensa::

Consideramos que la adopción por parejas del mismo sexo no aporta nada a los adoptandos. Esto no supone por nuestra parte desprecio a los homosexuales o a su aptitud para educar, sino el convencimiento de que tal adopción no va en interés del niño. Lo que importa en la adopción es el niño, no los adultos, ni sus sentimientos, ni aquello a lo que crean tener derecho.

Los derechos del niño prevalecen en la adopción, por cuanto él no puede decidir por sí mismo. Además, los niños no son un derecho, sino un don. Los partidarios de esta reforma olvidan que las personas adoptadas buscan «normalidad», y la normalidad no incluye que dos personas del mismo sexo puedan procrear.