La visita completa, si es que visita puede llamarse a la fugaz «aparición» del presidente, duró tres minutos de reloj. El tiempo justo para bajar de los coches oficiales la comitiva, de poner orden en la tropa de la Prensa y de hacerse dos fotografÃas, a saber: un «posado» con el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño; y otra departiendo con los mandos militares, con gesto de honda preocupación, en presencia de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. Y punto. El «recorrido presidencial por las zonas afectadas» se limitó, como mucho, a un paseo de cincuenta metros… Menos de una hora antes, en otra parada aún más breve, José Luis RodrÃguez Zapatero se habÃa dejado retratar también junto a los miembros de una brigada de extinción. Los coches oficiales, en fila, se habÃan detenido todos en el punto previsto: en medio de una cuesta, un camino de tierra batida cuya vista se perdÃa unos metros más arriba, y junto a los restos calcinados de una pequeña arboleda de fácil acceso, ideal para el propósito para el que habÃa sido concebida la visita.
En la Cadena Ser, emisión local, se pudo escuchar cómo en esta última parada hubo abucheos al presidente.
Zapatero prometió que enviará al Ejército. Es curioso…