La entrevista que le hicieron ayer en El País al presidente Zapatero me preocupó mucho más de lo que ya lo estaba. Sólo como esbozo, me gustaría destacar que es una persona que en la larga sucesión de preguntas pone siempre excusas a su comportamiento.

Es realmente espeluznante que considere, de forma habitual, que si alguien piensa que él ha hecho algo mal la culpa es del otro por no entenderle. Zapatero se considera por encima del bien y del mal. Mirad si no:

P. ¿Por qué tardó tanto en comparecer ante la opinión pública el día del atentado?

R. Comparecí prácticamente en los tiempos que pude, porque estaba en Doñana y eso exige un cierto tiempo de desplazamiento. Tiene que ir un avión a buscarte, tienes que venir, son aproximadamente cerca de tres horas y pico. Llegué, analicé las cosas, tuve la información y comparecí a las seis de la tarde. O sea, que no acabo de entender que se pueda decir que fuese tarde. De hecho, comparecí cuando tuvimos la información. Hasta ese momento carecíamos del dato de una segunda víctima en el atentado. La primera información la tuve en torno a las doce y media, una de la tarde, y la segunda en torno a las cinco de la tarde. Teníamos que disponer de toda la información y creo que comparecí en un tiempo razonable.

(…)

P. Usted dijo exactamente: «He ordenado la suspensión de todas las iniciativas…». Yo pensé, y a muchos ciudadanos no se les escapó, que «suspender» tiene un matiz temporal claramente distinto de romper…

R. Bien. Pero acababa de decir en el párrafo anterior que ETA había roto el diálogo. Y por tanto, quería subrayar con ello que quien había roto era ETA, de una manera tan evidente y tan trágica como el atentado. Es claro, ¿no? Y es importante. Porque hay muchos ciudadanos en Euskadi que han tenido una actitud muy favorable, muy positiva, al proceso de paz.

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P. En cualquier caso, volviendo a la «ruptura», el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, sí utilizó ese término, lo que dejó una percepción en cierta parte de la sociedad de que había matices distintos entre el discurso del presidente del Gobierno y el del ministro del Interior.

R. En fin, le contesto por obligación, pero realmente es una de las cosas más absurdas que he oído en los últimos tiempos. Que hay una plena identificación y además tengo que resaltar que, como es lógico y todo el mundo puede intuir, Rubalcaba ha puesto un empeño personal y político total para que el proceso de paz pudiera llegar a buen puerto. Ha dejado muchas horas, mucho sudor y mucho esfuerzo en ello y, en fin, creo que es justo que yo se lo reconozca.

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P. Extrañó también que volviera usted a Doñana después de la comparecencia del día 30. ¿Podría explicar cuáles fueron las razones?

R. Tenía allí a toda mi familia. El Gobierno estaba perfectamente en todas las decisiones que había que tomar. Y como todo el mundo puede imaginar, en esos dos días en Doñana lo que hice básicamente es estar al teléfono y preparando algunas de las decisiones que luego hemos ido tomando. Ésa es la explicación. Así de sencilla. Regresé inmediatamente, en cuanto se despejó, lamentablemente, la incógnita de que se podía encontrar los restos de una de las víctimas. Y a partir de ahí, lógicamente, todos los pasos que di: visitar la zona del atentado, el aparcamiento de la terminal 4 de Barajas. No recuerdo que haya muchas circunstancias, después de otros atentados, en que los presidentes del Gobierno de nuestro país -y hemos tenido muchos atentados-, hayan ido a agradecer directamente el trabajo a los funcionarios públicos, a los bomberos, a la policía, a la Guardia Civil, a los responsables de AENA.

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P. En cualquier caso, ¿no ha habido ni antes, ni a raíz del atentado, distintos puntos de vista dentro de su equipo de Gobierno sobre cómo se había procedido o sobre cómo hay que proceder a partir de ahora?

R. En absoluto. Y vuelvo a subrayar que me sorprende, ¿no? Es decir, que uno está muy acostumbrado a leer muchas veces noticias y cosas que, cuando eres presidente del Gobierno, tienes mucha información y sabes que están mal orientadas. Pero no, no, en absoluto. Yo creo que eso, en todo caso, forma parte de alguna especie de intoxicación que también comprendo y que también asumo. Cuando los ciudadanos me dieron su confianza siempre les manifesté que actuaría con honestidad y diciendo la verdad de la acción de Gobierno en los momentos fáciles y sobre todo en los difíciles.

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P. ¿Algo de autocrítica?

R. Estos días, preparando la comparecencia parlamentaria, he reflexionado. Porque también ha estado presente en la opinión pública que no hay autocrítica. Hay autocrítica. Hemos vivido en democracia varios procesos de diálogo para el fin de la violencia. No recuerdo en ninguno que se planteara a ningún Gobierno, ni que estuviera presente en la opinión pública y, por supuesto, nunca en los partidos, si se han cometido errores o si hay que hacer autocrítica. Es la primera vez que sucede. También es la primera vez que un presidente de Gobierno va a comparecer en un Parlamento después de un atentado y tras la ruptura de un proceso de diálogo por parte de ETA.

P. Y esa reflexión, ¿a qué conclusiones le lleva?

R. Hay una reflexión que es evidente. Sólo hay una circunstancia que ha cambiado a lo largo de los más de 30 años en que se han producido varios procesos de diálogo que no han llegado a buen puerto, como lamentablemente todos sabemos. Lo que ha cambiado es que ésta es la primera vez que la oposición ha hecho oposición dura, permanente, continua. Si esto no fuera así, no tendríamos el debate que tenemos hoy, ni seguramente tendríamos el debate parlamentario que por primera vez se va a hacer en democracia el próximo lunes [por mañana]. Y la pregunta es: ¿se equivocaron los Gobiernos que protagonizaron los procesos de diálogo anteriores, o siempre se equivocó dramáticamente ETA, por no haber dado los pasos necesarios para el fin de la violencia? Desde mi punto de vista, ésta es una consideración de alcance. Todos los partidos parlamentarios han apoyado el proceso de paz, menos uno. Vamos, el proceso de paz o cualquier política antiterrorista.

Desde que llegué al Gobierno, antes del alto el fuego, durante el alto el fuego, con atentado, después del atentado, no he tenido ni un solo día el apoyo del PP en la lucha antiterrorista.

O sea, se le pide autocrítica y saca al PP.

En otro momento escribiré sobre si Zapatero da por rematado el diálogo con ETA. Yo creo que no y que se puede deducir de sus palabras en esa entrevista.