Aquí estoy, escribiendo en la calle, porque en el edificio de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad de Vigo (campus de
Facultad de Cc. Sociales y de la Comunicación cerrada
Pontevedra) nadie ha abierto las puertas.
Eso significa que la gente del servicio de comedor, la de limpieza y la de fotocopias ha hecho huelga aunque no haya querido; figurarán como huelguistas. El personal docente y de servicios ha firmado en otro edificio -en el que sí se ha abierto- y de vuelta a casa.
Esto es así porque la Xunta lo ha legislado así. No ha considerado servicio mínimo la apertura de cada uno de los centros, de manera que los conserjes son los que han tenido en su mano el poder de obligar a los demás trabajadores y a los alumnos a hacer huelga. Los servicios mínimos que la Xunta ha fijado (PDF) para las universidades gallegas son:
5.2. Campus:-1 funcionario/a en el registro.-1 auxiliar de servicios por turno de trabajo.-1 secretario/a de los vicerrectores responsables de los campus donde no esté la sede rectoral.-1 persona por biblioteca y turno de trabajo, en elcaso de aquellos que cuenten con un horario extraordinario de apertura.
Segundo dato: la Diputación de Pontevedra, del PP, en la anterior huelga de empleados públicos NO DESCONTÓ NADA A LOS QUE HICIERON HUELGA, de manera que hoy, en algunos servicios de la Diputación de Pontevedra, no había nadie o una persona. ¿Para qué ir si quedándote en casa no se te descuenta ni un euro del sueldo?
29/09/2010 a las 14:38
¿Y este es el PP que según la vice «persigue» a los sindicatos?
Pues si en lugar de perseguirlos les bailase el agua, no sé qué iban a hacer, ¿darles besitos en el culo, quizá?
29/09/2010 a las 17:06
Este PP es un chiste político, un partido que no quiere hacer oposición a ZP, sólo sucederle en la poltrona.
29/09/2010 a las 18:14
Todo con tal de evitar ni un atisbo de malhumor en los sindicatos. Aunque miles de alumnos se queden sin clase, aunque cientos de profesores no puedan trabajar o cientos de administrativos tampoco. Los derechos de los ciudadanos son una filfa comparados con los derechos de los sindicalistas.