Mira que es fácil regenerar la vida política en España, hay tanto que hacer que cualquier cosa en el buen camino es un gran paso.
Asesores de políticos: en mi ingenuidad, creía que Podemos/Ahora Madrid iba a prescindir de los nombramientos a dedo de asesores, tal como se lleva haciendo en España desde Viriato. Un modo muy fácil de evitar ese dedazo es escoger entre los funcionarios a una persona de confianza. Es un procedimiento que ahorra dinero y promueve la valoración del empleado público, el sueño de cualquier político honrado y socialdemócrata.
Por una extraña razón, Podemos, siendo de la gente y asambleario, acaba formando núcleos de poder entre los compañeros de pasillo en la Facultad de Sociología del campus de Somosaguas, con las novias y ex novias y los familiares. Les pasa lo mismo que a la derecha: la gente competente acaba siendo la de su entorno más cercano.
Secretaría de Estado Anticorrupción: para solucionar la corrupción política, sólo a un político se le podía ocurrir crear un organismo dependiente de un político. Mira que tenía fácil Pablo Iglesias recuperar a Jiménez Villarejo y sus propuestas de fortalecer la Fiscalía Anticorrupción. Podía haber propuesto un grupo a lo «Los Intocables de Elliot Ness», un selecto grupo de funcionarios de Hacienda, de la UDEF, de la Guardia Civil, de la Policía Nacional o qué sé yo. Algo que garantizara la independencia del grupo, de modo que pudiera investigar hasta a Pablo Iglesias.
Pero no, él quiere un grupo de investigación sobre los demás. Sus razones tendrá.
Así que, la vieja política y la política nueva de Podemos vienen siendo lo mismo: la ocupación de los poderes públicos por parte de un grupo político. En vez de gestionar se trata de poseer. Lamentable.