La tentación totalitaria es eliminar de la vida pública toda presencia que no sea la del Estado. En esa tentación cayeron los grandes totalitarismos del siglo XX y ahora vienen disfrazados pero en el fondo son lo mismo: creerse con la legitimidad de dirigir desde el Estado cómo deben pensar los ciudadanos. En vez de limitar el ejercicio del poder político a gestionar temporalmente los dineros que pagamos los ciudadanos, se concibe el poder político como una carta blanca para entrar en las conciencias.
Leed la entrevista porque Sebastián es una de las mejores cabezas que nos quedan en España.