Nación, diálogo y (buenos) periódicos
Javier Moreno es el director de El País. A continuación, la biografía que hacían de él cuando fue nombrado director de 5 Días.
Nacido en París en 1963, Moreno es licenciado en Ciencias Químicas, especialidad industrial, por la Universidad de Valencia. Tras trabajar varios años como químico en la multinacional BASF en Alemania, realizó en 1992 el Máster de Periodismo que realiza la Escuela de EL PAÍS en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid. Entre 1993 y 1994 fue redactor de la sección de Economía hasta su incorporación a la edición de EL PAÍS -diario en el que ha desarrollado toda su carrera profesional- en México, donde como jefe de Redacción cubrió el proceso de cambio político de finales de la década de los 90 que culminó con la salida del PRI del gobierno mexicano.
A su regreso a Madrid, en 1997, Moreno se integró en la sección de Internacional de EL PAíS donde, además de coordinar la edición latinoamericana del periódico, cubrió como enviado especial a Latinoamérica las pasadas elecciones a la Asamblea Nacional de Venezuela. En 1999 fue nombrado jefe de la sección de Economía y actualmente desempeñaba el cargo de corresponsal del diario en Alemania. Javier Moreno es el primer alumno de la Escuela de Periodismo de EL PAÍS-UAM que accede a la dirección de un diario de difusión nacional.
No tengo tiempo para un fisking, pero lo que está claro es que Javier Moreno comparte la visión maniquea de sus jefes: derecha mala, izquierda buena; y a la propaganda de esa idea se va a dedicar. También está claro que Prisa está irritada con la incapacidad de Zapatero. Para muestra, unas perlas:
«(…) José Montilla, que en lugar de dimitir tras perder su partido cinco escaños y casi un 25% de los votos en las últimas elecciones, ha preferido volver a asociarse con la formación que tuvo que ser expulsada del Ejecutivo catalán por hacer imposible el consenso sobre el nuevo Estatuto.»
«Se trata, en cualquier caso, de dar la batalla por la modernidad más allá de estériles debates nominalistas, un empeño en el que el actual Gobierno socialista ha mostrado más voluntad que acierto, más intuición que oficio».
«(…) si Zapatero sufre un accidente suficientemente aparatoso antes de las próximas elecciones. Nadie puede asegurar, visto el rumbo y las manifiestas incapacidades de gestión en ciertos temas clave del presidente y no pocos de sus ministros, que esto no vaya a suceder.»
Que a estas alturas del periodismo y de la historia intente vender la burra de la objetividad repitiendo lo que se decía en el siglo XIX: «ofrecer las noticias de forma imparcial, sin miedo ni favoritismos, independientemente de cualquier partido, secta o intereses implicados» es para echarse a temblar. Y que lo diga precisamente el director de El País hace temer lo peor: ha retornado el espíritu Prisa de los años 80: altivo, sordo, autista y doctrinario.
Como debe de ser su cita favorita, figura en otro artículo suyo, con el que se presentó ante los lectores de Cinco Días:
Un anuncio modesto (y antiguo)
Teme al hombre de un solo libro, decía Tomás de Aquino. Y de verdad que es temible.
El anticlericalismo le supura por todos los poros, es marca de la Casa. Ha sido criado en Prisa y su horizonte mental es el planeta Prisa. No vais a encontrar nada más.