«Con la grande polvareda, perdimos a Don Beltrán» – ABC.es.

El viernes entré a trapo en Twitter con la última ocurrencia del Gobierno, la de bajar la velocidad máxima de 120 a 110 km/hora. Rubalcaba la daba a conocer tras el Consejo de ministros y ésta no es la primera ocasión en que los viernes se convierten en una algarabía de argumentos a favor y en contra de medidas descaradamente impopulares.

El lunes se embrolló más el asunto con Sebastián rebajando el ahorro desde el 15 por ciento al 3 por ciento de combustible y José Blanco, en el colmo del cachondeo la metió en un arco entre el 5 y el 22 por ciento.

Me cuesta pensar que estas tres personas hayan llegado tan lejos mostrándose tan estúpidas y tiendo a pensar que son mucho más inteligentes de lo que aparentan, al igual que su jefe de filas José Luis Rodríguez Zapatero.  Estos expertos en comunicación que han conseguido ganar elecciones en repetidas ocasiones, que son capaces de las mejores campañas electorales no están improvisando en absoluto. La opinión pública tiene cada semana un nuevo tema de distracción, con debates en televisión, en la radio, en los periódicos y en los medios sociales. Todos entrando a trapo como toros furiosos, persiguiendo un objeto en movimiento mientras el torero – el Gobierno- está quieto, parado, concentrado en conseguir lo que quiere, que es una sola cosa a la vez que varias: distraernos de lo importante en muchos temas.

El artículo enlazado arriba, una tercera de ABC escrita por Andrés de la Oliva, lo explica así:

ESTOS conocidos versos del romance, como los repitieron Quevedo y Tirso de Molina, me vienen a la cabeza a causa de la «grande polvareda» que se levanta en España cada semana a lo sumo, con asuntos varios, menores, que nos hacen perder de vista al estimado Don Beltrán, símbolo de lo más importante y de lo que sucede respecto de lo más importante.

Aquí importa de verdad, no ya la traída y llevada «estabilidad del sistema financiero», varias veces «rescatado» sin transparencia, sino la recuperación del crédito al ciudadano común y a las pymes. Importa atisbar un inicio de recuperación de la economía real y, como «prueba del nueve», una clara desaceleración del paro. Pero aún más importante es, a mi entender, la regeneración del moribundo Estado de Derecho, sustituido por un ya casi consolidado «Estado de Partidos», como lo denominó el mismísimo Tribunal Constitucional en su sentencia 108/1986, de 29 de julio, sobre la designación parlamentaria de todos los vocales del Consejo General del Poder Judicial, una sentencia que, en superlativa paradoja, contribuyó de modo decisivo a poner en pie lo que denostaba. El paro, la situación económica y la «clase política» son los tres principales problemas de España, según sus ciudadanos. Es inevitable que se hable del paro y de la economía, pero se está logrando que el tercer problema no sea afrontado de verdad, sino solo con debates anecdóticos. Y también se está consiguiendo que apenas sea noticia lo que ocurre en frentes decisivos, como el de la Justicia.

El artículo explica las reformas del sistema judicial que se están acometiendo, sin que haya, por supuesto, ningún debate; sin atención de los medios ni de los ciudadanos. Como el tema de la justicia, tantos otros. Por ejemplo la baja calidad de la democracia española, que ha convertido la Administración pública en un cortijo de los partidos, el secuestro de las Cortes que ha consagrado la disciplina de voto expresamente prohibida por la Constitución, el manejo indecente de la justicia, gobernada por unos señores puestos a dedo por los partidos y así hasta el hartazgo.
El Gobierno con Rubalcaba al frente es un experto en crear cortinas de humo o, como lo explica la expresión inglesa «Wag the dog«: To ‘wag the dog’ means to purposely divert attention from what would otherwise be of greater importance, to something else of lesser significance. By doing so, the lesser-significant event is catapulted into the limelight, drowning proper attention to what was originally the more important issue. The expression comes from the saying that ‘a dog is smarter than its tail’, but if the tail were smarter, then the tail would ‘wag the dog’.

Actualización: Un tema escandaloso que saca hoy JM Guardia en Barcepundit «El Tribunal de Cuentas revela un déficit oculto de 20.000 millones en 2008