La paranoia conspiracionista, o conspiranoia es un estado mental que consiste en disparar la imaginación en conjeturas falsas o verdaderas, haciéndolas pasar por probadas por la simple razón de ser contextualmente verosímiles.

Le pasa a José Blanco, le pasa a Zapatero. También le pasa a a la prensa nacional y a la extranjera. En este caso a los medios italianos y a algunos españoles, que han estado muy entretenidos con imaginar conjuras entre monseñores, un género que ha dado grandes novelas y películas. Lo explica muy bien el blog «La Iglesia en la prensa«.

Así que la secretaría de Estado del vaticano ha tenido que salir al paso hoy para aclarar que no tiene nada que ver en esas conjuras. Aclaración que va a continuación:

COMUNICADO DE LA SECRETARIA DE ESTADO

«Desde el 23 de enero se están multiplicando, sobre todo en muchos medios de comunicación italianos, noticias y reconstrucciones relativas a los hechos ligados con la dimisión del director del diario católico italiano «Avvenire», con la evidente intención de demostrar una implicación en el caso de «L’Osservatore Romano», llegando a insinuar incluso la responsabilidad del cardenal Secretario de Estado. Esas noticias y reconstrucciones carecen de fundamento alguno.

«En particular, es falso que los responsables de la Gendarmería vaticana o el director de «L’Osservatore Romano» hayan transmitido documentos que hayan originado la dimisión, el 3 de septiembre, del director de «Avvenire»; es falso que el director de «L’Osservatore Romano» haya dado – o en cualquier caso transmitido o avalado en forma alguna- informaciones sobre estos documentos y es falso que haya escrito bajo seudónimo o haya inspirado artículos en otras cabeceras».

«Resulta claro en vista de la multiplicación de las argumentaciones y de las hipótesis mas descabelladas -repetidas en los medios de comunicación con una consonancia realmente singular- que todo se basa en convicciones sin fundamento con la intención de atribuir al director de «L’Osservatore Romano», de forma gratuita y calumniosa, una acción inmotivada, irrazonable y malvada. Todo ello está dando lugar a una campaña difamatoria contra la Santa Sede, que salpica al mismo Pontífice Romano».

«El Santo Padre, Benedicto XVI,  que ha estado siempre informado, deplora estos ataques injustos e injuriosos, renueva la plena confianza a sus colaboradores y reza para que aquellos que se preocupan realmente por el bien de la Iglesia hagan todo cuanto está en su poder  para que se afirmen la verdad y la justicia».

SS/COMUNICADO/…        VIS 100209 (300)