Parece evidente que lo que el PSOE intentaba evitar -que cundiera la sensación de que la gente votó motivada por los atentados del 11 de marzo y la actitud del Gobierno- se ha realizado. Tan sólo 348.000 votos separan a un recién estrenado gobierno del PSOE y a un PP en la oposición. Parece que Zapatero y el PSOE no producen precisamente entusiasmo sino una discreta aprobación.