Lo de los anteproyectos de la LSSI no sé si servirá para parar
la ley, pero de ésta aprendemos lo de los ordinales. Cuando vayamos por
el vigésimo nono anteproyecto ustedes avisen que yo me bajo, más que
nada por mareo.

Lo peor de todo es que son todos ellos, uno detrás de otro, una
pandilla de clones de lo peorcito. Borja Adsuara nos decía esta semana
que lo que había publicado Makypress y el Comando Tarifa Plana no era
el cuarto anteproyecto porque él ya iba por el vigésimo quinto.

Da igual, créanme. Es como decir que uno no se ha comido la patata
número siete sino la diecisiete. No dejan de ser patatas las llames
como las llames de apellido.

Y esta patata caliente que tienen en el ministerio es que cuanto más
se empeñan ellos en que no conozcamos el contenido de la ley, más nos
estamos empeñando los internautas en ponerla a disposición de todo el
mundo.

El anteproyecto (chámalle X) de la LSSI sigue con la misma obesesión
controladora de los anteproyectos anteriores. Sigue mezclando
información con comercio electrónico, sigue otorgando a la
Administración la potestad de cerrar cautelarmente sitios web, sigue
exigiendo requisitos burocráticos excesivos para tener un sitio web,
sigue considerando actividad económica todo lo que «normalmente» es a
tí­tulo oneroso (a ver, ¿qué es normal en Internet?).

De nuevo, lo más importante es leer el anteproyecto, difundir las
críticas y comentarios que creáis oportunos y mover a que la opinión
pública muestre su rechazo ante una ley que sólo conseguirá debilitar
más la Red en nuestro país.