«Me sentí privilegiado al retirar las tropas de Irak» – ELPAIS.es – España
– Ley de matrimonios homosexuales. Presentada en junio del año pasado, suscitó una fuerte contestación por parte de la jerarquía eclesiástica española, que llegó a participar en una manifestación callejera de rechazo al Gobierno.
Éste es el análisis del presidente: «Siempre intuí, basado en una enorme confianza en los españoles, que aprobarían el matrimonio homosexual. España es una de las sociedades más tolerantes del mundo y estoy muy orgulloso de ello. No debíamos claudicar en el uso de la palabra matrimonio. Con las palabras los seres humanos construimos significados y moldeamos la realidad. Era esencial que todos los ciudadanos tuvieran igualdad completa de derechos en el matrimonio, empezando por la propia palabra».
Hasta ahora no había leído una declaración tan clara del afán manipulador del presidente del Gobierno. Con las palabras, dice Zapatero, moldeo la realidad. Ahora, supongo que todos aquellos que decían que la palabra «matrimonio» aplicada a los homosexuales no tenía importancia reflexionarán y se darán cuenta de que las palabras no son inofensivas ni neutrales.
Por supuesto, en su moldeo de la realidad olvida la magnífica manifestación que recorrió las calles de Madrid el pasado 18 de junio. Olvida Luis R. Aizpeolea (amigo del presidente y redactor de esta noticia) que la manifestación no fue de miles de obispos sino de decenas de miles de ciudadanos y ciudadanas perfectamente respetuosos. Olvida también que, a los pocos días, encabezados por cargos políticos del PSOE, una marcha de orgullo gay escasa y escandalosa, faltó al respeto a todos aquellos que días antes nos habíamos manifestado.
Olvida, también, que lo que pedíamos en esa manifestación era un referendum, para saber si su ocurrencia de llamar matrimonio a la unión homosexual era compartida por los españoles. No le dio la gana, para eso tiene el BOE, para moldear la realidad.
Olvida también que su ley, tan personal, tan suya, fue rechazada por el Senado por el voto, también, de senadores socialistas.
Si la guerra de Irak tenía la oposición de la sociedad porque se manifestaba en las calles, ¿qué cambia en este caso para que el autista sin bigote suponga que el pseudo matrimonio gay es aceptado por los españoles?
El despotismo, ni siquiera ilustrado, vuelve con fuerza: desde el BOE moldeo la realidad. Ese es el talante del presidente.