Primero fue esto, una entrevista a Josu Mezo en Diario Directo:
«El autor de un blog está constantemente ‘vigilado’ por sus lectores»
Luego, Josu Mezo comenta la entrevista que le han hecho en su propio weblog, uno de los mejores en España. Como bien se puede leer, un comentario ligero, sin más intención que informar de la entrevista y puntualizar algo que le parece una errata sin importancia.
A continuación, viene la reacción, en forma de maremoto, del director de Diario Directo, Antonio Asencio, que también tiene blog. Mi sensación es que dirige contra Mezo todo el rencor que ha acumulado contra los profesores universitarios.
Página personal de Antonio Asencio: Apología del error/errata
No sólo no se disculpa por la errata sino que pone a Mezo pingando e intenta hacernos creer que las erratas y la inexactitud es lo excelso en el periodismo y que encima tiene la aprobación de gentes tan señeras como Habermas.
Lo cierto es que a Asencio se le ha llenado el weblog de comentarios negativos, denigrando su post y Mezo, en su weblog, también reacciona. Me he quedado con la terrible pregunta que se hace Josu: ¿Será este hombre representativo de lo que piensan los periodistas españoles?
Pues me temo que sí, porque Asencio ha vuelto a escribir sobre el asunto y, en medio de una disculpa general que podría haber terminado con el asunto, luego deja claro su enfado y la fastidia: los trapos sucios se lavan en casa o perro no come perro. Es decir, que los periodistas pueden señalar con el dedo los errores de todo bicho viviente pero jamás deben sentirse bajo ese mismo dedo acusador. Es decir, no sólo la exactitud está pasada de moda sino la transparencia. Y lo peor es que acude a la tradición periodística anglosajona para ello.