Da la impresión de que se quiere aprovechar un tiempo limitado para dejar la sociedad española transformada, quizá de manera irreversible; para llevarla adonde acaso no quiera ir. Pero al mismo tiempo, mezclada con cierta desconfianza, se percibe una voluntad de continuar, un mal disimulado deseo de que sea «para siempre», que me recuerda demasiado la actitud que se dibujó en 1939.
En esta tercera publicada en 1984, Julián Marías avisaba sobre los devastadores efectos que tiene un Gobierno okupa, que se empeña en entrar en nuestras vidas, haciendas y convicciones regulando todo nuestro ámbito de decisión. Es muy interesante leerlo hoy, porque estamos de nuevo con un PSOE que quiere cambiar España, cambiar de régimen sin contar con media España para ello.