POR JAVIER CREMADES
Los valores no son exclusivos de nadie, sino un gran activo social y polÃtico que despierta un creciente interés en los ciudadanos. Una derecha e izquierda distintas son posibles. Ni una es la exclusiva depositaria de los valores tradicionales ni la otra la única defensora del progresismo solidario y sostenible. Con esta filosofÃa se presentaba recientemente en Madrid una ilusionante iniciativa, la fundación «CiudadanÃa y Valores», que reúne a profesionales de diferentes disciplinas y orientaciones polÃticas preocupados por fundamentar unos valores que sirvan para favorecer un encuentro razonable en el ámbito público, independientemente de los puntos de partida personales.
El discurso de los valores éticos, de los principios, cotiza al alza porque la gente esta interesada en ellos. En los próximos años se avecina una lucha por los votantes de valores. Tal vez sea el singular mar de fondo que explique las sorprendentes acusaciones cruzadas de los que, realmente, son los principales candidatos de las próximas elecciones locales y autonómicas en España. Muchos ciudadanos se sienten alejados de las disputas partidistas, y manifiestan su desagrado por la división de los lÃderes en los temas que realmente les preocupan. Ha llegado la hora de que nuestros polÃticos apuesten por los valores por encima de los intereses coyunturales. Si se sitúan en ese terreno, además, se encontrarán allà con millones de ciudadanos.