Opus Dei – TESTIMONIOS – “En la lucha contra el SIDA no sobra nadie”
Al poco tiempo de empezar a tratar enfermos con SIDA se produjo en mi vida interior cambios profundos que me llevaron, como hijo pródigo, a Dios y a la Iglesia católica. Mi encuentro con Dios, a través del Opus Dei, hizo desplegarse en mi interior un sinfín de realidades ocultas: 1) En cada uno de mis enfermos, de alguna forma está Cristo; 2) Dios quiere que dé frutos donde estoy plantado, con mis hermanos más inmediatos: enfermos, familia, colegas; 3) Dios me quiere trabajando, haciéndolo bien: curando cuando se puede, aliviando y siempre consolando; 4) Mi inteligencia (mis “talentos”) también me la ha dado Dios para que descifre enigmas de su Creación, que además de satisfacer mi curiosidad innata, la ponga al servicio de mis enfermos, salvando vidas; ese es mi oficio. En el Opus Dei entendí la dimensión sobrenatural del trabajo, y la responsabilidad de hacerlo bien.
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