Un capellán en el comité de ética · ELPAÍS.com
Matar dos pájaros de un tiro, se suele decir, o pegarle a alguien una patada en el culo de otra. La noticia es la acostumbrada chorrada que hace El País para crearle un escandalito a alguien.
Los comités de ética existen en todos los hospitales de España y en muchos de ellos están sacerdotes, porque resulta que las capellanías de los hospitales existen en España (gran novedad para El País) y participan en los comités como expertos, al igual que las matronas, expertos en derecho, ATS, etc. Traigo aquí un enlace del comité de ética del Juan Canalejo, hospital del SERGAS (Servicio Galego de Saúde), dependiente del laico bipartito. Pues resulta que HAY UN CURA. Horror, que lo investigue El País.
Además, como bien dice el desmentido de la archidiócesis de Madrid, los comités de bioética de los hospitales no están para decidir casos particulares. Fijaos en la malvada entrada del reportaje:
¿Quién decide si se practica un aborto a una mujer embarazada con un feto que sufre malformaciones? ¿Será peligroso para la salud de la madre? Para tomar estas decisiones está el médico responsable. Pero para orientar la decisión, todos los hospitales cuentan con un comité ético del que forman parte profesores de ética, de Derechos, ATS, asistentes sociales, médicos… y sacerdotes. El Gobierno de la Comunidad de Madrid que preside Esperanza Aguirre firmó el pasado mes de enero, según ha revelado la cadena SER, un convenio con la Provincia Eclesiástica de Madrid en el que se deja abierta la puerta a la entrada de «capellanes» a los comités de ética de los hospitales públicos madrileños.
En el subtítulo meten el ingrediente de los cuidados paliativos: Estos comités éticos son los que deciden sobre los cuidados paliativos en enfermos terminales
¿Se imagina alguien que antes de administrarle un sedante a un paciente se reúnen 30 ó 15 personas, con horarios diferentes, que forman parte de un comité a título gratuito? Pues ese es el cuadro que dibuja El País, especialmente interesado en seguir hiriendo por el lado de los cuidados paliativos y menospreciando la inteligencia de sus lectores.
PS: por supuesto, El País no publica la rectificación de la Archidiócesis de Madrid. Luego se espantan de que los lectores les abandonen.