Hace seis días murieron dos operarios de Seaga en un incendio forestal en Fornelos. Me gustaría que se pudiera opinar sobre el tema sin intereses partidistas y así me dispongo a hacerlo.
La muerte de dos personas que trabajan para apagar fuegos no puede quedar sin investigar porque es sumamente grave. Se debe investigar exhaustivamente para evitar los errores que se cometieron en esta ocasión y para aprender.
Estoy viendo en la Xunta una actitud a la defensiva, como si todo hubiera sido perfecto y no hubiera nada que rectificar. Para poner las cosas en su contexto, los incendios de este año no tienen ni punto de comparación con los del 2006 – bajo la gestión del BNG- de forma que no estoy diciendo que la gestión política haya empeorado, es que no ha cambiado el equipamiento, la mejora en la profesionalización de las brigadas, la seguridad de los trabajadores.
A través de una persona conocida, relato la versión de quien trabaja en la misma brigada de Gondomar del Seaga que los dos fallecidos: cuando tienes turno te pasas las 8 horas sentado en un 4×4 a la espera de la llamada de radio. Cuando te llaman, un capataz va delante con el comienzo de la manguera hacia el foco de fuego con la sola iluminación de una linterna de minero. Cualquiera que haya estado en un bosque por la noche sabe que con esa luz no se ve a un metro. Por ese motivo, las caídas son continuas. En ocasiones caen por fosos o desniveles. Las mascarillas son como las de los pintores, en caso de que el humo sea abundante es frecuente desvanecerse o marearse ya que las mascarillas no filtran los gases. Esto es lo que probablemente les pasó a los compañeros fallecidos, un cambio de viento pudo rodearlos de humo, volver la zona irrespirable y provocar el desmayo de los dos hombres.
No sé a vosotros pero a mí me indignan ciertas economías mal entendidas. No puedo comprender cómo se puede pagar 1.000 € a alguien para jugarse la vida apagando fuegos y no dotarle de unas linternas como Dios manda y unas mascarillas en condiciones. A cualquier empresa privada se le exige que sus trabajadores no sufran lesiones por el ejercicio de su trabajo, ¿cómo se puede enviar a las personas a morir por apagar un fuego mientras se les racanea lo necesario para hacerlo? Estamos hablando de material que cuesta menos de 40€.
El asunto está en manos del juez. Ojalá se aclare pronto lo sucedido, pero mientras tanto sería mejor que los responsables de Seaga y de la Xunta se planteran si es humano, si es digno enviar a la gente a luchar contra el fuego desprotegida.
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