A lo mejor muchos de vosotros no teníais uso de razón cuando se murió Franco. Yo la tenía por los pelos, tenía 11 años. Y si tengo vocación periodística es por los sucesos tan apasionantes que vivimos en los años de la Transición, golpe del 23-F frustrado incluido.
Tuve la oportunidad de seguir en directo muchas manifestaciones de la izquierda en Vigo porque, por algún motivo, siempre salían de delante de mi casa. «Amnistía y libertad» era lo que gritaban los manifestantes y su petición estaba basada en que muchos de los dirigentes políticos de izquierdas estaban en la cárcel, otros estaban huídos – Santiago Carrillo o la Pasionaria- por tener causas pendientes y otros elementos habían cometido actos de terrorismo que, en aquel momento, la izquierda justificaba por la dictadura.
Que ahora, a la vuelta de 35 años quieran relatar de nuevo la historia, como si la Transición hubiera sido una bajada de pantalones de la izquierda, como si la amnistía del año 1977 no tuviera el refrendo de unas Cortes con diputados como Santiago Carrillo y la Pasionaria, como si lo que hemos vivido hubiera sido un sueño es para indignarse.
Lo explica muy bien Antonio Pérez Henares en este vídeo, al que he llegado a través de Elentir. Para una vez, en siglos, que este país se puso de acuerdo en construir un régimen respetuoso con las libertades -con todos sus defectos- viene la izquierda comodona y pijoprogre, que no movió un dedo en el régimen de Franco, a soliviantar al país. Ya vale de tanta manipulación, que todavía estamos vivos los que lo recordamos.
Actualización 24 de abril de 2010: Añado dos enlaces de dos comentarios sensatos hechos por políticos del Partido Socialista, PSOE. O limpian su partido de extremistas que van a ganar las elecciones a costa del enfrentamiento social, o vamos a terminar muy mal. La división del PSOE fue el punto de arranque de la confrontación civil:
Joaquín Leguina: Enterrar a los muertos
Jordi Sevilla: No, a la confrontación social como método
23/04/2010 a las 08:55
Totalmente de acuerdo en que la Transición fue un gran acuerdo político e histórico, pero la izquierda tuvo que hacer un enorme esfuerzo, mucho más que la derecha, para superar los desencuentros. Recuerdese que durante 40 años todo lo que oliera a izquierda y a nacionalismo no español fue duramente reprimido. Qué frágil es la memoria. Hablando de la amnistía, cuántos viles crímenes de la extrema derecha durante la Transición fueron amnistiados. La izquierda «comodona y pijoprogre» solivianta mucho, pero la antigua derecha rancia reconvertida a demócratas convencidos de toda la vida no se quedan atrás.