La revista Wired publicó hace unos días un artículo sobre algunos blogs españoles y, como no podía ser menos, se ha montado una polémica, pequeña porque tampoco es tanto el público. Por una parte, los presuntamente beneficiados por el artículo (CaspaTV, Escolar, Elástico) y por otra la blogosfera… no sé cómo llamarlos…ellos se llaman liberales pero el liberalismo que yo estudié no decía eso. Los llamaré Neocons (Liberales, 1812, Hispalibertas) como se les llama en EEUU.
A pesar de que soy periodista, como no ejerzo en los medios de comunicación tradicionales, me encuentro en una posición intermedia, postura bastante cómoda, por cierto. Los periodistas de todo el mundo tienen una tendencia sociológica a la izquierda: los periodistas tienden a estar en posiciones más de izquierdas que la sociedad a la que aspiran a informar. Eso no significa, evidentemente, que sean más críticos con el poder, pero muchos piensan que sí. Las clasificaciones de izquierdas y derechas me parece que sólo esconden intereses de grupo, no obstante la gente persiste en creerse estas categorías, así que diremos que el artículo reseñaba a los blogs de izquierdas sin mencionar a los de derechas, que coincide con los blogs de periodistas, mayoritariamente. Y que coincide con los blogs de las personas a las que la periodista, Xeni Jardin, conoce en España.
El artículo de Wired es una completa exageración. Los blogs en España tienen una importancia ínfima, dentro de lo que es Internet, y no digamos la importancia que puedan tener en conformar la opinión pública española: son irrelevantes. Que Wired pueda llegar a afirmar que los blogs están detrás de la movilización social contra el Prestige y contra la guerra de Irak, manifiesta que la periodista ha tenido muy mala fortuna a la hora de escoger sus fuentes o que la pasión la ciega: es absolutamente falso que la movilización social contra el Prestige se produjera en Internet mayoritariamente y menos todavía en los blogs. Los blogs son sitios minoritarios. En primer lugar, porque en muchas ocasiones hablamos de temas tan limitados y con una perspectiva tan personal, que sólo nuestras madres pueden aguantar tanto ombliguismo y autocomplacencia. Internet en España es bastante más que los blogs, afortunadamente.
Tiene razón la periodista en que durante el primer mes en España apenas se hablaba del Prestige, …. si se olvida de Telecinco y la Ser, pero es que Telecinco y la Ser llegan ellos solitos a la mayoría de la opinión pública española. Sobre los datos concretos de las mareas, su trayectoria, la opinión pública informada en Galicia sintonizaba las emisoras de televisión portuguesas. La Voz de Galicia y las radios, en su programación local, hicieron un trabajo inmenso. Por ejemplo, Ana Guantes en Radio Vigo-Cadena Ser, lo cual le ha merecido el Premio Ondas. También la Cope en Vigo daba una información mucho más completa y crítica con el gobierno en sus emisiones locales que en los programas nacionales. Y qué decir del boca-oreja… en fin, que todos estuvimos o en las cofradías de pescadores o conocíamos a alguien que estaba limpiando chapapote.
Se empezó a hablar del Prestige en todos los medios españoles a raíz de la manifestación del 1 de diciembre en Santiago de Compostela, donde estábamos 200.000 gallegos, los que habíamos visto con nuestros propios ojos el desastre. Nada que ver con Internet. Achacar toda la movilización ciudadana gallega y luego la feliz arribada de voluntarios a los blogs, me parece una mentira más grande que la plaza del Obradoiro.
Pero no nos escandalicemos. Siempre me ha hecho gracia este efecto paleto que tienen los medios de comunicación extranjeros y hemos de darnos cuenta de que, aunque es una obviedad, ellos saben menos de nosotros que nosotros mismos. Faltaría más.