Un periódico hecho a imagen y semejanza de su director despide hoy a su fundador: el proyecto intelectual de El Mundo cambia
Cuando se fundó El Mundo en 1989, España era un frenesí. Tras 7 años de gobierno del PSOE en los que el país había cambiado tanto que no lo reconocía ni la madre que la parió (en palabras de su vicepresidente, Alfonso Guerra) la opinión publicada contaba con pocos medios críticos y con auténtico periodismo de investigación. Medios críticos había muchos: Antena3 Radio, ABC, Ya, Cope…; pero la crítica se ceñía a la opinión, porque se investigaba poco o/y quizá mal.
Diario 16 había sido el primer destino como director de Pedro J. y su salida traumática del medio y la posterior fundación de El Mundo nos daban una sensación muy fuerte de periodismo rompedor. En la radio, el irrepetible Antonio Herrero era el único que se podía medir con Pedro J.
Aquellos años fueron un frenesí: cada día un escándalo salía a la luz y, sin Internet, yo tenía la sensación de vivir en un ciclo de noticias similar al actual.
No puedo ser objetiva con el periodista Pedro J., al que llevo leyendo tantos años y con quien he conversado a veces en Twitter, pero sí que me gustaría hacer un pequeño repaso de lo publicado suspendiendo el juicio, algo que no se suele hacer en España, tampoco los periodistas:
1. Pedro J. Ramírez es destituido por las pérdidas de El Mundo: En ese caso, que destituyan a todos los directores de periódicos. En este caso, con una agravante: si eso es verdad es como para que los directivos de Unedisa se pregunten sobre cuál es el peso del humo. Una cabecera hecha a imagen y semejanza de su fundador pierde gran parte de su valor en el momento en que éste la deja.
Una variante de esta explicación cuenta con el enrevesado argumento de que él mismo ha provocado su salida para quedar como un héroe de la libertad de expresión. Nunca he visto a nadie provocar su salida de una empresa disfrazándose hasta de Papa Noel para vender periódicos. Nunca he visto a ningún director de periódicos empeñándose tanto en vender su producto.
2. Pedro J. Ramírez es destituido porque está perdiendo lectores entre los votantes del PP. Si alguien piensa en que eso significa algo, no sabe nada de votantes ni de periodismo. La avalancha de votos que el PP tuvo en 2011 son prestados, prestadísimos. Y muchos seguro que fueron de lectores de El Mundo. Y muchos de esos lectores no van a repetir su voto. Ahora mismo hay dos periódicos de derechas compitiendo a ver quién es más complaciente con el gobierno, ¿puede alguien querer entrar en esa competición para arañar 16 lectores a esa competencia?
3. Rajoy, el Rey, la oposición se deshacen de un periodista crítico. No sé hasta qué punto. Este hombre ha sido trending topic desde ayer, eso no es muy habitual, no deja a nadie indiferente. ¿Alguien ve a Pedro J. jubilado con 61 años? Yo no. ¿Alguien le va a impedir escribir, colaborar con su redescubierto amigo Jiménez Losantos, intervenir en la Cope, en las televisiones? Vale, me diréis, pero su arma son las exclusivas. De acuerdo: acaba de decir que su problema ha sido que hizo de reportero con Bárcenas. ¿Alguien le va a impedir seguir haciendo de reportero?
a) Le queda su carta del domingo en El Mundo. Ha dicho a la redacción que mientras no le impidan publicarla no se publicará en otro sitio. O sea, que si se lo impiden seguirá escribiéndola y publicándola.
«Mientras el mundo me publique mi carta del domingo no se publicará en ningún otro sitio» #pj
— Alberto D. Prieto (@ADPrietoPYC) enero 30, 2014
b) Tiene registrada la marca El Universal y un redactor jefe de El Mundo el dominio eluniversal.es, según Marcos Merino.
Pedro J tiene registrada la marca «El Universal». Y el dominio eluniversal.es pertenece al redactor jefe de El Mundo pic.twitter.com/oQVBRE1rIv
— Marcos Merino (@mmerino) enero 30, 2014
c) La adhesión a Pedro J. en la redacción de El Mundo es muy fuerte. Hoy y ayer he visto tanta admiración y añoranza preventiva por el defenestrado entre sus periodistas que he tenido la sensación de encontrarme con un duelo ante un difunto. Ni una muestra de alivio o de desdén, ni un elogio forzado. Esto es muy indicativo de la capacidad del hombre Pedro J. para infundir seguridad. Sienten que se quedan huérfanos. Apuesto que unos cuantos se irían a donde él les dijera.
Termino. La única explicación, con juicio suspendido, que encuentro es que Unedisa quiera vender la cabecera de El Mundo y eso no puede hacerlo con Pedro J. dentro. Y, si quiere venderla, es porque tiene un comprador que no quiere este periódico sino otro. Quizá para cerrarlo como hicieron con Antena3 Radio, quizá para fusionarlo (o sea, cerrarlo). Si ha sido una maniobra urdida por el PP o la Casa Real es propia de unos aprendices de brujos.
En todo caso, va a ser mejor esperar a la semana que viene, cuando Pedro J. no sea ya director del periódico y pueda explicar más sobre el tema. Por cierto, ha dicho que habrá libro. Esto acaba de volver a empezar.
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