A falta de otro escándalo que denunciar y con la folklórica costumbre española de andar tras los curas, sea a pedradas o con cirios, la Cadena Ser informa de que los obispos españoles han osado escribir una carta en el día de reflexión en la que aconsejan no votar a los partidos laicistas. Carta que, por cierto, no aparece por ninguna parte en el sitio web de la Conferencia Episcopal ya que aparece, referente a las elecciones, una Declaración escrita por la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea que fue publicada el 10 de mayo y una carta de monseñor García Gasco que fue publicada hoy.
Gran novedad, como pueden ver, porque antes los obispos pedían el voto para los partidos que atacaban a la Iglesia.
Además hay quien se hace eco como si efectivamente fuera algo reseñable porque, claro, en el día de reflexión los obispos deberían reflexionar y callar mientras que ellos, evidentemente, pueden seguir hablando y lamentándose sobre lo poco que está votando la izquierda en el mismo día de la votación.
Por favor, pido públicamente unas clases de educación cívica en el colegio, donde la gente aprenda que la sociedad es lo que sustenta el Estado, que las instituciones sociales y las personas particulares son libérrimas en sus opciones sociales, económicas, políticas y culturales y que tienen el derecho de opinar y difundir sus opiniones dónde, cuándo y cómo les venga en gana. Que las jornadas de reflexión, algo que no existe en países con democracias centenarias, sólo atañen a los partidos políticos. Que los obispos, los pastores, los rabinos y los imanes no son ciudadanos de segunda y pueden decir lo que les venga en gana. Y que ellos, también, pueden lamentarse de la falta de votos de la izquierda e incluso pedir el voto el mismo día en que se está votando.
Pero que no acusen a los demás de estar haciendo lo mismo que ellos: intervenir en la vida pública de su país.