Tengo una cuenta en Twitter, @mdoval, con la que llevo casi 5 años. Ahí me desparramo, lo mismo tuiteo un asunto de comunicación que me indigno con los políticos o charlo con los amigos.
Hace unas semanas abrí otra cuenta con la finalidad de que me sirviera en la actual investigación que estoy realizando sobre el uso de Twitter de los periodistas portugueses y españoles. Ni era pública ni permitía que nadie me siguiera, porque era una manera de tener unas listas y seguir a personas sin vincularlas con mi cuenta, para actuar como una vulgar lurker mirona.
He pensado que podía utilizar la cuenta de investigación @emedios para difundir e interactuar (esto último, menos) sobre los temas de comunicación, mientras que @mdoval será para eso y todo lo demás.
Es decir, seguirme en @mdoval supone el pack completo y seguirme en @emedios es para aquellas personas que sólo quieren mi perfil académico.