«Es hora de reflexionar seriamente sobre el tema de la comunicación en las redes sociales y sobre nuestra profesión«, dice en El País , presidenta de la sección española de Reporteros sin Fronteras. Bienvenida a la realidad, llevamos años haciéndolo.

Hace unas semanas publiqué en Storify un recopilatorio de investigación académica que se remontaba a 2001 para explicar qué iba a cambiar en la comunicación de masas. Lo hice, entre otros motivos, para que si alguien de los medios lo leía, se diera cuenta de que en 2001, antes de que nacieran Twitter y Facebook, ya se avisaba en el ámbito académico de las consecuencias de la comunicación mediada por ordenador e Internet.

Todavía en 2007, Juan Luis Cebrián decía unas enormes bobadas sobre los blogs y ahora parece haber caído del caballo y sufrido una profunda transformación ya que ha llegado a la impagable conclusión de que el papel no tiene futuro.

También hace unas semanas Soledad Gallego-Díez decía en una entrevista:

¿Crees que es un oficio que se aprende sobre la marcha, básicamente?

Se convirtió en carrera universitaria porque los periodistas teníamos complejo de no ser universitarios. Y como queríamos ser universitarios…

Por “titulitis”, vamos.

Nos inventamos esa carrera simplemente para darnos el gusto de tener un título universitario.

El País mantiene la postura de que cualquier licenciado/graduado que pase por su máster está preparado para ser periodista. Por eso su director, Moreno-Barber, es un químico con máster de El País. Por lo tanto, sabe de periodismo lo que le han enseñado en El País. Nada más.

De estos polvos vienen estos lodos. Básicamente el planteamiento del problema es el siguiente: nadie te puede enseñar lo que no sabe.

Una empresa es un gran sitio para aprender, pero la gente que está trabajando* muy raramente tiene tiempo para investigar qué están haciendo otros, qué está sucediendo en otros países, cuáles son las tendencias sociales. A eso se añade que dentro de las empresas hay intereses: no planteo tal posibilidad sobre el futuro del negocio porque sé que me voy a enemistar con el jefe A o B. Puedo imaginar a cualquier trabajador de El País escondiendo sus opiniones sobre Internet tras leer las bobadas de su jefe en 2007.

Me pregunto cuánto dinero se han gastado los medios españoles en Investigación, Desarrollo e Innovación y no estoy hablando de gastarse el dinero en informática, sino en esas cosas que en 2001 ya se sabían y que los medios españoles ignoraban, que el papel del medio de comunicación tenía los pies de barro y no estoy hablando del papel sino del medio.

vía El desprestigio social de la prensa | Opinión | EL PAÍS.

* Actualizado: Jeje, cualquiera diría que en las universidades no se trabaja, sólo se investiga.