Hay veces en que la realidad es una parábola con moraleja y ésta es una de esas ocasiones.

Llevamos meses escuchando y leyendo, desde los altavoces neoprogresistas, que la visita del Papa supone un dispendio de dinero público, un derroche inadmisible.

El diario Público y la Sexta, cuya sociedad propietaria es Mediapro, describen el gasto realizado para cubrir la visita del Papa como si fuera un dinero que entra en las arcas del Vaticano o del mismo Papa, o de Rouco. Como si fuera un dinero que sale de las arcas públicas para aposentarse en los bolsillos católicos, pero no, en realidad en donde se han depositado los dineros públicos es en el bolsillo de Mediapro, la sociedad propietaria de Público yde la Sexta.

Mirad por donde, resulta que la externalización de cobertura televisiva en Galicia y en Cataluña fue adjudicada a Overon, empresa propiedad de Mediapro.

Televisión de Galicia y Televisió de Catalunya fueron las encargadas de producir la señal institucional en ambas ciudades en un gran despliegue. Por su parte, Overon cubrió la visita papal a Santiago de Compostela y Barcelona proporcionando posiciones de directo, playout multiformato (NTSC/PAL) SP/SX/DVCAM/DVCPRO/P2, conectividad a su red global, señal pool, servicios de edición y de ENG, y DSNG en exclusiva.

Por parte de su trabajo en Santiago, (dos unidades móviles, un helicóptero, 34 cámaras, señal satélite en 14 zonas de Santiago) Overon se lleva la bonita cifra de 393.471 euros. No sé cuánto habrán cobrado por la producción de la retransmisión desde Cataluña.

¿Está mal que cobren su trabajo? En absoluto, me parece que si Overon es la mejor empresa para realizar ese trabajo es un dinero muy bien gastado. Lo que rechina, lo que molesta es el cinismo de sus periodistas cuando manipulan a la opinión pública haciéndole creer que la beneficiada económicamente por el gasto público es la Iglesia cuando los beneficiados son quienes les pagan las nóminas a ellos.

¿Es mucho pedir un poco de transparencia a las empresas de comunicación españolas para admitir que se están enriqueciendo con aquello que están vilipendiando? ¿Es mucho pedir un poco de coherencia a sus periodistas que insultan y denigran aquello de lo que comen?

Estoy a la espera con la seguridad de que los opinadores de Público y la Sexta, en cuanto se enteren de que su jefe se ha lucrado con la visita del Papa, saldrán en tromba en una rebelión que siga la estela a la de «Yo no te espero». En esta ocasión sugiero a esos periodistas que donen al Estado parte de su sueldo, por coherencia ideológica; que devuelvan a las arcas públicas ese asqueroso dinero que -según ellos- tan injustamente ha entrado en las arcas de su empresa. Y que se pongan una pegatina en la pechera: «Yo no me lucro».